Después de más de 18 años sufriendo los excesos de ruido y desordenes públicos que han tenido lugar en la calle Trasalfóndiga (domicilio familiar), al igual que en otras calles del casco antiguo de Toro, y ante la imposibilidad manifiesta de compatibilizar el derecho al descanso y la salud de los vecinos de esta calle con la presencia en la misma de tres locales de ocio, dos de ellos con horario de cierre a las 4.30 de la mañana y dadas las condiciones de esta calle, como muchas del casco antiguo de Toro, he decidido presentar un escrito a los dos grupos políticos presentes en la actual corporación municipal, con la intención de que se planteen la posibilidad de elaborar una ordenanza municipal que, en lo sucesivo, blinde el casco histórico de Toro de la presencia de locales de ocio, con un horario de cierre que vaya mas allá de la 1.30 de la mañana. ( Ley de Ruido de Castilla y León) que establece que corresponde a los ayuntamientos la elaboración y aprobación de las ordenanzas municipales necesarias para el desarrollo y aplicación de la presente ley.

La propuesta concreta sería rogar a los grupos políticos, que estudien y elaboren, a poder ser de forma conjunta una ordenanza municipal que permitiese en el futuro proteger (blindar) el recinto del casco histórico, contemplado en el PGOU, para detener el deterioro que, de la mano del vacío poblacional se viene produciéndose en Toro desde los años 80, y una de las principales causas, más allá de las demográficas es el ambiente terriblemente contaminado por el ruido ocasionado por los locales de ocio (bares, bares especiales y discotecas) que allí han proliferado desde hace 20 años (c/ Judería, La Antigua, Las Bolas, Trasalfóndiga, Zapateros, Plaza Mayor...) con un horario de cierre los fines de semana que alcanza las 4.30 de la mañana.

Los argumentos que me llevan a hacer esta propuesta son:

Considero totalmente inviable garantizar el derecho al descanso y la salud de los vecinos del casco histórico de Toro con la presencia de locales de ocio que tengan permiso de cierre hasta las 4.30 de la mañana, como actualmente ocurre y que tantas denuncias vecinales han provocado, (discobares, discotecas).

Se incumple la normativa . Los recintos en los que se desarrollen actividades musicales deberán disponer de un vestíbulo acústico estanco dotado de doble puerta con sistema de recuperación para garantizar que dichas puertas se encuentren cerradas cuando no esté accediendo público.

Todas las actividades que puedan generar ruido deberán realizarse con las puertas y ventanas cerradas.

Ni la trama urbana de Toro, en este recinto histórico (calles de apenas 5 o 6 metros) ni las características de las viviendas (muchas de ellas de dos plantas y estructura de madera) garantizan el entorno saludable que recoge la Ley de el Ruido de Castilla y León y que ha sido tradicionalmente obviada, centrándose la atención municipal únicamente sobre la normativa de horario de cierre de locales de ocio.

La actuales fuerzas de seguridad existentes en Toro: Guardia Civil y Policía Municipal, no poseen una dotación suficiente en la actualidad (como queda patente cada fin de semana) para garantizar (hasta las 4.30 de la mañana) el derecho al descanso que contempla la Ley de Ruido de Castilla y León, así como la seguridad y limpieza que nuestra ciudad merece.

La actual categoría de Toro como Ciudad Conjunto Histórico Artístico, podría correr el riesgo de verse cuestionada, de proseguir el actual deterioro de la misma. Esta posibilidad ya ha ocurrido en otros municipios que gozan de protección especial patrimonial (esto ocurrió en la propia ciudad de Salamanca, que ya recibió, en los años 90, la visita de una delegación de Icomos, para cerciorarse del grado de protección (deterioro) de los bienes protegidos, y no olvidemos que Toro al ser Conjunto Histórico Artístico debe proteger no solo sus edificios más emblemáticos, sino toda la trama urbana que ahora mismo está afectada por la acción implacable de estos locales en las calles: Zapateros, Trasalfóndiga, Judería, Perezal, Antigua, Puerta del Mercado, Plaza Porticada? Artículo 3 de la Ley 12/2002, de 11 de julio, de Patrimonio Cultural de Castilla y León: 2. Las entidades locales tienen la obligación de proteger y promover la conservación y el conocimiento de los bienes integrantes del Patrimonio Cultural de Castilla y León que se ubiquen en su ámbito territorial. Los ayuntamientos comunicarán inmediatamente a la Consejería de la Junta de Castilla y León competente en materia de cultura cualquier hecho o situación que ponga o pueda poner en peligro la integridad de tales bienes o perturbar su función social y adoptarán, en caso de emergencia y dentro de su propio ámbito de actuación, las medidas cautelares necesarias para defender y salvaguardar los bienes de dicho patrimonio que se encuentren amenazados.

La actual coyuntura de la ciudad de Toro propicia esta apuesta por dignificar la trama urbana de nuestro casco histórico con la importancia económica que para nuestra ciudad tiene el sector turístico, reconduciendo de paso la tendencia de consumo indiscriminado de alcohol en la calle a hábitos más saludables de vida que más tienen que ver con la cultura de calidad de nuestros vinos que de los botellones callejeros.

Cuando los jóvenes no tienen en su entorno otras alternativas de ocio (familia, instituciones municipales, Asociaciones de Barrio...) la salida es solo única, "la bebida" , y es por ello que el estado de postración en que se encuentran muchos pequeños pueblos castellanos... las tardes enteras son una iniciación a bares/partida de cartas (fútbol televisado y alcohol). De este último saben mucho las cunetas de las carreteras que nos recuerdan con unas tristes flores , las que fueron "últimas noches de juerga" de más de un joven?

Solamente evitando la presencia en el casco histórico de Toro de locales de ocio cuyos horarios de cierre superen la 1.30 de la mañana , podremos asegurar la "repoblación" por parte de la ciudadanía de esa parte tan singular y valiosa de nuestra ciudad que justificó en su día su inclusión en las categorías de protección patrimonial que ahora goza.

José María Nieto Martín (Zamora)