Tras las opiniones singulares, y plurales en cuanto a compartidas por una gran mayoría de españoles, del académico Francisco Rico, han aparecido en los medios estos días últimos, ya enfilada la campaña electoral, otros criterios personales, destacados e importantes, que son los que de alguna manera ponen voz aunque no voto a tantas encuestas anónimas reveladoras de tendencias e intenciones.

Dos grandes del periodismo nacional, Luis María Anson y Alfonso Ussía, se han explayado en sendas entrevistas acerca de la situación del país, que el 80 por ciento de los españoles, según los sondeos, considera mala o muy mala. De derechas, monárquicos, polémicos pero indiscutibles, los dos han expresado unas opiniones en las que expresan en voz alta los sentimientos de lo que muchos piensan aunque no tengan oportunidad de afirmarlo, salvo ante las urnas electorales, con sus votos.

Anson comienza diciendo que el gran problema de la clase política española no solo es la corrupción, aunque esto tenga asqueada a la gente, sino su mediocridad. Considera asombrosa la falta de preparación de personas, dice, que como no han podido triunfar en ningún área de la vida privada acuden a la política para vivir de ella. Cree que los partidos se han convertido en un gran negocio impregnado de corrupción, y además en agencias de colocación para los suyos, cuando ninguno de ellos debería gastar ni un euro más de los que ingrese por la cuota de sus afiliados. En cuanto al pretendido independentismo de Cataluña culpa en primer lugar al fallecido Suárez, que no supo ver lo que podía pasar con el Estado de las autonomías, luego a Zapatero que les dio alas y finalmente a un Rajoy que ha actuado en este asunto con desdén, soberbia y prepotencia.

Por su parte, Ussía, bien conocido en Zamora a través de su presencia, en varias ocasiones, en el club del periódico, comienza temiendo que habrá un Gobierno de izquierdas, algo que le asusta, pero que tenemos merecido, asegura. Porque piensa que Pedro Sánchez esta vez no va a rechazar el ofrecimiento de gobernar con Podemos, ahora Unidos Podemos. Está de acuerdo con Anson en que la mediocridad de los políticos españoles es vergonzosa y espeluznante, y estima que no se puede olvidar el hastío que la corrupción de los dos grandes partidos, PP y PSOE, ha provocado en la sociedad. Acusa a Rajoy de no haberse atrevido a cuestionar, como tantas otras cosas, la ley de la memoria histórica, la ley del resentimiento aprobada por Zapatero, y le acusa también de haber arruinado a la clase media, a quienes trabajan y no pueden esconder sus ganancias, exprimiéndoles hasta la extenuación, hasta el robo. Sobre el movimiento separatista catalán únicamente le resta confiar en el pragmatismo de Cataluña pues considera una muestra de esquizofrenia política los intentos separatistas.

Son frases, solo frases, sacadas de contexto si se quiere, pero que ahí están y que merecen ser conocidas por cuanto enlazan directamente con lo que piensan y sienten ahora mismo millones de españoles citados a las urnas el próximo domingo día 26.