Autoridad cervantina, catedrático emérito, filólogo, autor de numerosos libros y escritos, ilustre académico de la lengua, el catalán Francisco Rico es un singular, brillante y provocador, genial personaje, tanto que novelistas de la talla de Julián Marías, Javier Cercas y Arturo Pérez Reverte no han dudado en incluirle en sus obras en los dos primeros casos alternando con los protagonistas de la ficción, lo que en cine se suele denominar como "cameo", hoy tan de moda.

No es habitual que Rico, casado con la catedrática de ética Victoria Camps, se deje notar demasiado en los medios, pero cuando lo hace se comprende muy bien la entrañable fascinación que ejerce entre quienes le conocen y le tratan, como en el caso de los tres escritores citados. Ahora acaba de hacer unas declaraciones en un diario digital que no tienen desperdicio y que merecen ser dadas a conocer. Es que lo clava. Sus opiniones son una lección de entendimiento y libertad y con las mismas seguro que se siente identificada mucha gente, porque se puede decir más alto pero no más claro.

Nacido en Barcelona, en 1942, cuando al académico se le pregunta sobre la situación catalana tiene una contestación rotunda: para él, es el castellano la lengua propia de Cataluña, es la que sirve de puente a otros saberes, la que todos conocen, y hay una mayoría de población que tiene como lengua nativa y materna el castellano. En cuanto a la pretendida independencia cree que no pasará nada, que no se puede independizar, que eso no es más que una estupidez de los nacionalistas.

Y de ahí a la situación política. Dice Francisco Rico que Rajoy es un tipo antipático, que prefiere sin duda a Pedro Sánchez que a Susana Díez liderando el PSOE, que Albert Rivera está muy bien pero no te lo acabas de creer, porque ¿que hay detrás, en realidad? Respecto a Pablo Iglesias lo considera un Danton, un Robespierre, dotado de un plan que la gente que le vota no sabe adónde lleva. Y al partido de Iglesias, a Podemos, le echa la culpa de tener que repetir las elecciones por no haberse dado cuenta de que hubiera tenido muchísimo poder en la oposición. Cree, además, que la fragmentación del voto va a seguir y que habrá más presiones para pactar después de 26 de junio.

Sobre la corrupción estima el profesor Rico que las autonomías son su principal foco, y que mientras con Franco había un solo foco de corrupción ahora hay 17. Se define como un firme defensor de la centralización, a favor de reformar la Constitución en este sentido. Asegura que él hubiera restablecido los estatutos de Cataluña, el País Vasco, y si acaso Galicia pero nada más, o sea dejando el resto del país centralizado, como estaba antes de la transición, que valora positivamente.

Su reflexión sobre la vida cultural del país es mas bien ecléctica. Mantiene que Cervantes ha sido el español más grande de todos los tiempos, que actualmente no hay un novelista como Cela, o Ferlosio, o Laforet, aunque reconoce la calidad de Marías y Cercas. Por otra parte, se pronuncia por la mejora de la enseñanza primaria y media y por dejar a su aire a la Universidad.