Los tiempos cambian, pero no tanto, y al final va a tener razón mi madre cuando dice que, por mucho que haya evolucionado la sociedad, hay cosas que es mejor que las mujeres mantengamos en privado si no queremos que nos despellejen. A mí no deja de llamarme la atención este punto de vista, aunque, como digo, puede que tenga algo de razón si nos fijamos en reacciones como la que ha suscitado que Úrsula Corberó haya colgado en Instagram una foto de su novio Chino Darín sin camiseta durmiendo en la cama. Pues bien, si echan un vistazo por Internet encontrarán a gente que acusa a la joven actriz de inmoral, de acostarse con un novio tras otro y de no tener valores. "Algún día se arrepentirá de su ligereza", dice un internauta. "Está claro que esta chica no sabe qué hacer para aparecer en los medios, aunque sea evidenciando su amoralidad", dice otro. "Está claro que la vergüenza ha desaparecido entre la gente de esta generación", comenta otra persona mientras le sacan los novios anteriores o el comentario que hizo recientemente sobre las relaciones sexuales entre los jóvenes que protagonizaron la serie "Física o Química". No sé si el problema está en que Úrsula mantenga sexo con su novio o en que lo explicite como hace gran parte de la juventud actual en las redes sociales, pero me temo que en estas casposas críticas sigue habiendo un poso machista que no acabamos de quitarnos de encima. ¿O alguien cree que si hubiera sido un hombre el que evidenciara que se acostaba con su última novia lo hubieran acusado de inmoral?

Supongo que a Úrsula Corberó le importará un pepino que la acusen de ligereza, pero su caso evidencia la prudencia que hay que tener en las redes sociales y la inconveniencia de airear las intimidades no sea que, entre esa gente que considera inmoral mantener sexo fuera del matrimonio, quedarse en cueros en la playa o beber un día más de la cuenta, se encuentre un futuro jefe o, lo que es peor, unos futuros hijos que, en función de la moral de su época, se crean con derecho a cuestionar nuestra forma de vida.