Ya los estoy viendo aquí. Vienen en bandada y ahora toca. Llevan seis meses sin pisar por el pueblo, pero ahora sí. Otra vez elecciones, otra vez políticos. Estuvieron, claro, en diciembre. Prometieron el oro y el moro, que si nos iban a arreglar el camino de la Lumbre, que la calle las Gallinas iba a cambiar de cara en un plis plas y, por fin, le iba a llegar el hormigón. Mentiras, todo mentiras.

Pero vuelven tan campantes, como si nada hubiera pasado. Les importa un bledo el futuro. Ellos viven el presente. Y ahora lo que toca es volver a pedir el voto. Pues vienen y lo piden. Se dan la vuelta y hasta las próximas elecciones que a este paso las volvemos a tener en diciembre, porque esto no tiene pinta de que se vaya a desenroscar.

No se me olvida el mitin de diciembre, que fue en el salón del Ayuntamiento. Estaba Luis, el de Jenaro. Cuando acabaron de hablar coge y se levanta, así, tan sereno. Todo el mundo se calló. "Miren, soy licenciado en Derecho y estoy en paro y como no saque una oposición lo voy a seguir siendo por muchos años. Pero yo les quiero preguntar una cosa... (Todavía más silencio). Miren, si yo les voto a ustedes me aseguran que si gobiernan me van a dar trabajo. Es que si me lo aseguran, cuenten con mi voto. Pero, claro, quiero garantías".

Oye, que no se asustaron. El que venía de mandamás tomó la palabra y empezó a enrollarse. Que si ellos iban a poner las bases para que España funcionara bien. Que si la economía hay que planificarla, que no se puede ir a ciegas, que es necesario crear el caldo de cultivo (esa expresión le hizo mucha gracia a María la Pipa, que se rió), que cuando las cosas se hacen bien, los beneficios duran muchos años..." Y el Luis, "bien, bien eso está muy bien, ¿pero si yo los voto, ustedes me dan trabajo...". Y otra vez con las explicaciones, erre que erre. Que ellos eran gente seria, con un proyecto de gobierno que no solo pensaban en el presente, que iba más allá, que si cambios en la educación, mejoras en la sanidad, recortes cero...". Bueno, un rollo de mucho cuidado. Y el Luis no dejaba de hacer preguntas y la cosa iba tomando color. Y entonces Enrique el Herrero (por su abuelo, que él nunca ha trabajado en una fragua) se levanta y dice: "Bueno, hasta aquí hemos llegado, que se levanta la sesión, que hay que ver el partido del Madrid y estos señores también tienen prisa... Además hace un frío de la leche... (Después nos enteramos de que él sí había sacado un buen compromiso para su hijo).

Bueno, pues eso, que van a llegar de un momento a otro. Que empieza la campaña y los vamos a tener por aquí. Pero desde luego este menda no va a ir al mitin. Ni al de unos ni al de los otros. Dos votaciones en seis meses, vamos anda. O sea que los elegimos para que se pongan de acuerdo y nada. Que vengan, que vengan...

Gabriel Hernández Pujalte