¿Dónde está la utilidad de nuestras utilidades? Volvamos a la verdad: vanidad de vanidades".

(Antonio Machado)

El gobernador del Banco de España, don Luis María Linde, en sus declaraciones de días pasados pide al nuevo Gobierno que salga de las elecciones, a celebrar el próximo día 26 de junio, una serie de modificaciones; en esencia, una nueva rebaja del despido para trabajadores indefinidos y más flexibilidad salarial; reclama una nueva reforma salarial para lo que denomina "evitar la pérdida de competitividad" y para ello pide revisar lo que han dado en llamar excesiva protección de los contratos fijos y dar prevalencia a los convenios de empresa. Hemos de partir de un hecho indubitado, cual es la alta tasa de desempleo, del orden del 21% de la población activa, algo que resulta a todas luces inaceptable.

Ahora bien, me pregunto ¿una flexibilidad salarial y una rebaja en el coste del despido disminuirán las tasas de desempleo? Mi respuesta forzosamente ha de ser negativa, esto es: No. Para ello me baso en las reformas del año 2012. Han transcurrido cuatro años desde su entrada en vigor y la tasa de desempleo sigue prácticamente en los mismos niveles.

¡Olvidémonos de las alegrías veraniegas! Seamos realistas. Hemos de basarnos en realidades y no en teorías, pues según la teoría la forma de recuperar la competitividad consiste en aumentar la productividad, pero no olvidemos que no existen formulas mágicas.

Si para aumentar la productividad bajamos los salarios, automáticamente baja el consumo, por la menor disponibilidad de numerario o renta destinada a consumo, y en consecuencia, si se consume menos para qué producir más, salvo que sea para exportar, y con ello tenemos salarios muy inferiores a los de nuestro entorno de la zona euro y se origina un empobrecimiento de los trabajadores nacionales. La solución no es fácil, queridos lectores, antes al contrario.

Leyendo las declaraciones del gobernador del Banco de España, don Luis María Linde, me ha llamado la atención, por su obviedad, al decirnos que la recuperación del mercado laboral es muy desigual, ya que los parados de larga duración apenas la han notado.

Es evidente que, a mayor edad, a mayor permanencia en situación de desempleo y menor cualificación profesional, la dificultad de encontrar un nuevo empleo es mayor.

Ante esta situación habrá que buscar una fórmula para la reincorporación de estos colectivos al mercado laboral y mejorar su acceso al mundo laboral. Tema nada fácil.

No quisiera terminar estas líneas sin hacer una referencia, aunque sea breve, al futuro de las pensiones porque, según leía días pasados, los nuevos jubilados, con largos años de cotización y con buenas bases de cotización, cobran de media más que quienes se están incorporando al mercado laboral.

Unido a todo lo anterior y basado en la devaluación salarial y los altos índices de paro, ello ha originado que según las estadísticas sean necesarios 3,75 nuevos contratos para abonar la pensión de un nuevo jubilado.

Honestamente, como no se produzcan más ingresos en el sistema de la Seguridad Social, la que se avecina no tiene fácil solución.

Aviso para los futuros gobernantes, por favor, midan sus promesas electorales, pues recurrir a la bajada de impuestos y café para todos es pan para hoy y hambre para mañana.

"Nuestro español bosteza. ¿Es hambre? ¿Sueño? ¿Hastío? Doctor, tendrá el estomago vacío? El vacío es más bien en la cabeza". (Antonio Machado)

Pedro Bécares de Lera (Valladolid)