Disminuye notablemente la población marina y buena parte de la población terrestre, seres humanos incluidos. Y no solo a causa de nuestras necesidades alimentarias; la caza, y muy especialmente la caza furtiva, está dando al traste con especies que de aquí a unos años puede que sean historia recogida en las páginas de los libros de ciencias naturales y en instantáneas fotográficas de revistas ad hoc.

Lo que son las cosas, calamares, pulpos y sepias nadan a contracorriente. Lo que lee. Las poblaciones de los cefalópodos han aumentado significativamente en los últimas seis décadas, para sorpresa de los biólogos marinos. Y eso sucede a la vez que los cambios que se están registrando en los océanos, propiciados fundamentalmente por la actividad humana, están mermando los censos de otras especies marinas. Por lo menos estos tres "paisanos" están asegurados. Ignoro qué será, en un futuro, de la riquísima merluza, del rodaballo, del cazón, del besugo, del bonito, del congrio, de la palometa y de todos estos seres marinos maravillosos que alimentan nuestro estómago.

Cabe esperar que a pesar de sus constantes capturas, nunca falten a su cita con nuestra mesa. El pescado es esencial en la dieta mediterránea. Los dietistas recomiendan su ingesta por lo menos tres veces a la semana. Hoy en día tampoco se puede hablar de pescados caros, indudablemente los hay, pero la bajada de precios que han experimentado permite un consumo masivo en otro tiempo impensable. Al parecer los cefalópodos son animales dotados de unas características biológicas que les permiten adaptarse a los cambios de su entorno mucho mejor que otras especies. Esa característica es válida también para las especies que habitan fuera del agua del mar. La adaptación al medio es fundamental. Lo que ocurre es que en el mundo crecen los inadaptados, también sociales, que conforman un conjunto muy curioso. Ahora que vuelven las películas de ciencia ficción que limitan la vida de los seres humanos, eso de la adaptación al medio cobra suma importancia. Y eso que los seres humanos no disponemos de esas células con pigmentos llamadas cromatóforos, que les permiten cambiar de color en un instante para mimetizarse con su entorno y camuflarse para huir de sus depredadores.

A los habitantes humanos del planeta Tierra nos resulta más difícil eso de camuflarse de los depredadores. Especie que también ha aumentado con el paso de los años. Haylos con una capacidad increíble para mimetizarse con el entorno que sea, de izquierdas, de derechas, de centro, radical. Tienen esa peculiaridad, unas veces detectable y otras no. Esa es la cualidad esencial, que no se detecte para sobrevivir a todo y a todos. Volviendo a la cosa del mar, los que tienen que estar contentos son los pescadores de estas especies. Nada de restricciones. Pueden incluso ponerse las botas si esos tres camaradas siguen la trayectoria que llevan hasta la fecha y que está siendo objeto del estudio de los biólogos que no salen de su asombro.

No todo lo relacionado con el medio ambiente van a ser malas noticias. Los que se van, por los que permanecen y no solo eso, aumentan en número y cabe esperar que también en calidad.