Las Baleares, maravilloso destino turístico donde los haya, que estaban ahí, en ese lugar privilegiado del mediterráneo español, cosmopolitas, abiertas al mundo, queridas por todos y elegidas por millones de españoles como destino para sus vacaciones de verano, pero también de otras estaciones, se ha despertado un buen día xenófoba y racista. Voy por partes. Un agente forestal ha iniciado una huelga de hambre a las puertas de la Consellería de Medio Ambiente, después de verse excluido de un puesto de trabajo por no saber catalán. Si hubiera accedido por primera vez, según se están poniendo las cosas lingüísticas en las comunidades con lengua propia, hasta podría disculparse, no sé en qué medida, pero bueno.

Este señor, llamado Guillermo Amorós, ha trabajado siete años como bombero en las brigadas de extinción de incendios forestales, ha realizado excelentes servicios y cuenta con la necesaria experiencia, vital en este tipo de trabajo. Pues bien, recientemente fue convocado para integrar de nuevo las brigadas contra el fuego de la presente temporada, pero al no disponer del certificado de catalán, un certificado que al parecer te convierte de inmediato en ciudadano de primera con todos los derechos, debió someterse a una prueba que no superó, quedándose sin plaza. Y todo porque el catalán volverá a ser requisito para acceder a la función pública. Acabarán aislados. Al tiempo.

Se ve que en las comunidades autónomas de lengua catalana te conviertes en ciudadano de tercera como no hables si quiera "una miqueta res mes" el catalán. Recibir el dinero de los turistas españoles, sí, pero intentar trabajar en cualquiera de las islas que conforman el archipiélago balear sin hablar su lengua, no. Como al resto de comunidades con lengua propia les dé por hacer lo mismo, se van a quedar más solas que la una. Porque el idioma de este país, archipiélagos incluidos, por supuesto, es el castellano, el español que todos conocemos con sus variantes, el que hablan 559 millones de personas en todo el mundo, según el Instituto Cervantes. La cifra no es para hacerle ascos.

Si el del bombero fuera el único caso registrado últimamente en esa comunidad autónoma... Pero, es que hay más. El diputado autonómico del Partido Socialista Enric Casanova ha sido denunciado ante la Policía por insultar a una camarera rumana que le pidió que se dirigiera a ella en castellano. A lo que el diputado contestó: "Si no te enteras de nada, qué estás haciendo aquí. Vete para tu puto país". La camarera, copropietaria del local, y con más de diez años en la isla, vamos de los muchos que ayudan a levantarla y mantenerla, le dijo que aunque entendía el catalán se le escapaban ciertos matices. Así y todo le sirvió la consumición solicitada, a pesar de la abrupta y desagradable salida por la tangente del diputado socialista. Así no creo que vayan muy lejos estos, los otros y los de más allá. Ese odio a España y a todo lo que suene, huela y sepa a español empieza a ser preocupante. Deberían hacérselo mirar urgentemente. Y luego piden tolerancia a los demás. Pues sí que...