El Zamora CF vive uno de los momentos más importantes de su historia. El club rojiblanco se ha movido, casi siempre, a caballo entre la Tercera y la Segunda División B, lo que ha hecho que las eliminatorias, tanto para ascender como para no perder la categoría, se hayan convertido en el punto de unidad de una afición que nunca le ha fallado al equipo cuando llega la hora de la verdad de jugarse su futuro a una carta.

El club rojiblanco está inmerso de nuevo en una fase de ascenso que trae a la memoria de la afición aquellas eliminatorias que vivió con intensidad durante los años 90 y que parecían no tener fin con la suerte siempre de espalda. Durante una década, el equipo sufrió para alcanzar la Segunda División B.

Con la llegada a la presidencia de José María Casas, la entidad no solo dio el salto a la Segunda División B, sino que en pocos años consiguió la consolidación en la nueva categoría. Eran tiempos de prosperidad económica, aquellos años del comienzo del siglo en los que el Zamora CF aprovechó el apoyo institucional para convertirse en serio aspirante a la división de plata para lo que se construyó un nuevo estadio con una capacidad de público adaptada a los nuevos tiempos.

Dieciséis años duró el "sueño" de la Segunda B y tres "play offs" fallidos por alcanzar la categoría superior. Pero coincidiendo con la marcha de Casas de la presidencia y al tiempo con el estallido de la crisis económica, la situación del club comenzó a complicarse bastante hasta atravesar en los últimos años por momentos muy delicados tanto en el ámbito económico como en el deportivo. La situación desembocó en el descenso a Tercera División hace ahora doce meses.

Afortunadamente, la apuesta deportiva de la actual junta directiva ha dado sus frutos y el equipo no solo consiguió uno de los puestos de "play off" sino que terminó la Liga líder, lo que le otorga una clara ventaja en el camino hacia el ascenso.

Es de esperar que la situación económica al final del presente ejercicio no vaya a peor, dada la política de austeridad que se está llevando a cabo. Pero en lo deportivo, la fase de ascenso no ha comenzado bien con ese 3-1 que ha hecho bajar a la tierra a un equipo que tal vez se había crecido demasiado ante la brillante temporada regular que cuajó este año.

Pero nada hay perdido todavía. El equipo de Balta tiene calidad suficiente como para ganar por 2-0 al Mancha Real a poco que mejore la mala imagen que dio el pasado domingo, algo que no parece tampoco muy difícil con el listón tan bajo. Y para ello, un factor determinante será el apoyo que el equipo pueda recibir de esa afición rojiblanca que siempre renace de sus cenizas.

La ciudad de Zamora debe volver a volcarse con su equipo como siempre lo ha hecho. Debe rememorar los momentos vividos con los dos ascensos conseguidos a finales de los 90 en el estadio de La Vaguada, con los "históricos" viajes a Cádiz y Tarragona, con aquel partido en Castellón donde el equipo de Balta se quedó a un solo gol de la Segunda División, con el inenarrable hermanamiento que supuso la eliminatoria contra el Linares o con el miedo en el cuerpo que el Zamora le metió a todo un Rayo Vallecano. A ese espíritu hay que apelar de nuevo hoy, con la tranquilidad además de saber que, en el peor de los casos ante el Mancha Real, todavía quedaría la opción de reengancharse al resto de los equipos que están sumidos en la fase de ascenso nacional, entre los que se encuentra el Villaralbo que también tiene hoy su prueba de fuego en la localidad coruñesa de Cerceda, donde se juega su tercer "play off" en cinco años de la mano de Carlos Tornadijo, que protagonizó los dos últimos ascensos del Zamora CF.

El segundo equipo de fútbol de la provincia no lo tendrá sencillo esta tarde en tierras gallegas donde debe superar el peligroso empate a un gol con que saldó el partido de ida jugado en casa el pasado domingo. El Cerceda es un equipo acostumbrado a jugar fases de ascenso y con una plantilla muy potente, pero Tornadijo tiene un equipo capacitado para remontar la eliminatoria y pasar a la siguiente ronda.

Recuperar la Segunda B supondrá para Zamora y su provincia una fuente más de promoción que nadie puede despreciar en una tierra como esta tan falta de apoyos. En balonmano y baloncesto sí que hemos estado a la altura en los últimos años. Pero el fútbol, y por extensión, es un magnífico canal para mostrar los atractivos de Zamora fuera de la provincia. No se puede desaprovechar la oportunidad.