Al año de acceder al Ayuntamiento de Zamora la coalición poselectoral formada por IU y PSOE, con Francisco Guarido como alcalde, el balance puede considerarse en términos generales como aceptable, sin alardes, fruto de un trabajo cotidiano, sin prisa pero sin pausa, que ya comienza a apreciarse en la ciudad, frente a la desidia y los tantos grandiosos proyectos incumplidos o fallidos de los equipos municipales del PP en sus largos años de gobierno local. Aunque también ha habido errores, como la celebración de actos más que institucionales de partido, de IU en concreto, en el Ayuntamiento, algo intolerable y que la oposición se encargó de denunciar.

El PP, que perdió la alcaldía de la capital cuando sin ningún motivo para ello sino todo lo contrario creyó que tenía el poder en la mano, tras una errada campaña del miedo, ha hecho en este primer año una labor demagógica, de cara a la galería, pero a su galería, a los suyos, dejando notar su resentimiento ante el fracaso, lo que lleva al grupo y a sus portavoces a retratarse y a que sus denuncias e iniciativas vayan cayendo en saco roto, causando una pobre impresión. Así, ahora, cuando el grupo de la oposición insiste con el asunto, ya zanjado el año pasado, de la cofradía de la Virgen de la Concha y su presencia en la Casa Consistorial, lo que ha dado lugar a la simplona sugerencia de que se celebre un referendo entre los zamoranos para dilucidar tan importante tema.

El equipo de Gobierno mantiene desde el principio, y así aparecía en el programa electoral de IU que encabezaba el alcalde, su propósito de deslindar por completo los actos civiles, la política, de los meramente religiosos -y eso por tradicionales que puedan ser-, rompiendo una estela que alcanzó su mayor auge y brillantez en los tiempos del nacional catolicismo franquista, que al parecer los del PP en Zamora no quieren perder, si bien su partido, en otros aspectos de la vida nacional como el aborto, la memoria histórica o el matrimonio homosexual, no mueve ficha, dado que pueden dar votos, lo mismo que lo de la procesión de La Concha puede dárselos aquí. El obispo de Zamora fue categórico en su día al mostrar su acuerdo y respeto a la decisión de Guarido que por otra parte nunca se ha negado a que la institución municipal esté representada por los concejales en los actos religiosos públicos.

Como el PP, en su infinita soberbia, no suele medir las consecuencias de lo que hace y dice, lo que en muchas ocasiones les llevaría a tener la boca callada, desde el PSOE, el teniente de alcalde Fagúndez ha replicado que más bien el referéndum debería hacerse sobre si los cinco millones de euros del edificio municipal no construido debería pagarlos el PP, bajo cuyo mandato se cerró la nefasta operación, y no el Ayuntamiento. Precisamente ahora el Tribunal de Cuentas ha condenado a dos altos dirigentes populares, Alonso y Maroto, al pago de 400.000 euros por un caso parecido cuando ambos eran equipo de gobierno local en Vitoria, al haber alquilado un local a un costo muy superior que triplicaba el precio de mercado. Sí, eso, que se haga el referéndum, que se hagan los dos propuestos.