De celebrar una gran fiesta es de lo que se trataba cuando a partir del año 1594 el Regimiento de la ciudad hablaba de organizar una "zuiza". Sin embargo, cuando indagamos para encontrar la palabra en el Diccionario de la Lengua Española, nos encontramos con que zuiza se definía como contienda, riña, pendencia y alboroto entre varios, en que ordinariamente intervienen armas y daño de los que riñen. Este vocablo ha caído en desuso y en la actualidad vemos que todavía se utiliza en América, donde se atribuye a "zurra, tunda, azotaina, paliza" o en Cuba es "nombre que dan al juego de la comba".

En Zamora había, por lo general, zuiza el día de la procesión del Corpus y el día de la fiesta de la Resurrección del Señor. Esto se organizaba anualmente, pero con carácter extraordinario había zuiza cuando se celebraba algún acontecimiento importante. Andando el tiempo debió generalizarse la costumbre de las zuizas, pues no ya solo en la capital sino también en los pueblos de la provincia se verificaban. Vemos en un acuerdo del año 1600: "Los concejos de Perdigón, de Morales y de Pereruela pidieron a la ciudad picas y arcabuces para hacer zuiza, se les acordó dar, mediante fianza y a condición de devolver las armas limpias".

Se deduce que la capital tenía sala de armas abundantemente provista y de ahí que los pueblos recurrieran a ella para celebrar sus zuizas. Definir una zuiza podría ser complicado, pero veamos qué ocurría en aquellos festejos: "Detrás de vistosas danzas, salió a recibir a la regia desposada una capitanía de niños vestidos de calzas, jubones y cueros, unos con arcabuces pequeños, otros con azagayas por picas, Llevaban un capitán, un alférez y dos atambores de librea. Delante, a la cabeza de todos, tremolaba la primer bandera los boneteros por ser más numerosos y su arte muy señalado entre los demás. Llevaban la segunda los sastres, calceteros, jubeteros y roperos, ricamente ataviados. Seguíanle los carpinteros, albañiles y yeseros con la tercer bandera. Regían la cuarta los armeros, espaderos, malleros, esmoladores de espadas y todos los oficios tocantes a las armas. Alrededor de la quinta se agrupaban los zapateros, chapineros, agujeteros, zurradores y oficiales de cuero. Por último, en la sexta bandera iban los arcabuceros, piqueros, herreros, caldereros, cerrajeros y latoneros. Salieron todos a una mano, también aderezados de jubones, calzas, cueros, gorras, penachos y cadenas de oro. Salieron para escaramuzar con esta gente hasta 102 de a caballo en ocho cuadrillas, todos a la jineta, muy ricamente vestidos, cada cuadrilla de sus colores de seda, brocados, bordados y recamados con sus lanzas y adargas. Salieron los de a caballo y arremetieron de dos en dos, dieron la vuelta alrededor y escaramuzaron un rato, mientras que los arcabuceros dispararon reciamente todo el tiempo. Hecha la escaramuza, se vinieron a la ciudad y entraron en buen orden".

Después de esta definición de las zuizas de aquella época, podemos pensar en algo parecido a las fiestas de "Moros y Cristianos" que prevalecen en tierras levantinas, o para quedarnos en casa, la llegada de la procesión del Resucitado a la Plaza Mayor con el ensordecedor disparo de salvas de escopetas. En la actualidad tenemos los desfiles de carrozas o los vistosos disfraces de Carnaval. Que siga la fiesta.