Un año más, la tradicional romería del Cristo de Morales reunió, pese a la lluvia intermitente, a un gran número de asistentes y no solo del pueblo sino de la capital y de otros lugares cercanos, en una jornada festiva y alegre. Sin embargo, hubo ausencias, y entre los asistentes no estaba la presidenta de la Diputación ni el subdelegado del Gobierno, y no estaban por la sencilla razón de que el Ayuntamiento, que ya no es gobernado por el PP, como antes, no les había invitado.

Y el alcalde y los ediles del equipo de Gobierno han dado las explicaciones oportunas. La presidenta de la Diputación a la que han solicitado audiencia en noviembre, no les ha recibido todavía, al parecer por problemas de agenda, y el subdelegado del Gobierno ha denunciado a la Corporación de Morales por haber llevado a cabo una auditoría externa sobre el estado de las cuentas dejado por el anterior equipo municipal, cuentas que han dado mucho que hablar.

Según contaron el alcalde de Morales y sus ediles, el subdelegado les había explicado que la auditoría externa solo podría hacerse sobre la gestión, no sobre las cuentas. Entonces, se pasó a hacer una investigación interna del legado dejado por el exalcalde Barrios, pero el representante gubernamental no ha retirado la denuncia y ello ha motivado el enfado del regidor, Miguel Ángel Piorno, de Ciudadanos, por lo que se omitió la invitación, aunque los concejales del PP protestaron. Lo que ni la Corporación local ni nadie entiende es, según declaró el alcalde, por qué en vez de favorecer la transparencia de las administraciones públicas se están entorpeciendo los intentos por aclarar las cuentas de Morales del Vino, llegando a fiscalizar todas las actas de los plenos, algo que antes no se hacía.

Respecto a no invitar a la presidenta de la Diputación, que dicen que no ha tratado bien al pueblo, es consecuencia de la falta de respuesta que ha tenido la solicitud de audiencia del nuevo equipo municipal moralino, estimando sus integrantes que al ser un día laborable en la capital, Martín Pozo, con una agenda tan ocupada, no tendría tiempo para ir de romerías. En cualquier caso, la representación de autoridades, algo que tanto gusta en el país desde la era del nacionalcatolicismo, contó con una numerosa presencia pues acudieron representantes de la Junta de Castilla y León y del Ayuntamiento de Zamora, y otros invitados, caso del alcalde de Benavente, más la Corporación local, como es lógico.

Las ausencias puede que las notasen los suyos pero no el pueblo, los cientos de romeros que desafiando la inseguridad del tiempo, iban a lo que iban, a disfrutar de la jornada lúdica y religiosa o religiosa y lúdica. Parece que la iniciativa de Guarido, el alcalde capitalino, por motivos personales en su caso, de ir deslindando lo político de lo religioso y viceversa, como debe ser, comienza a notarse y presumiblemente irá a más. En Morales se han saltado el protocolo, porque como ha dicho Piorno, ellos solo quieren ser un gobierno del pueblo para el pueblo, y no pretenden vivir de la política, pues no tienen la menor ambición en tal sentido. Y ahora, La Hiniesta, otra gran romería tradicional.