Es que no se privan de nada. El otro día, mientras el ministro de Economía en funciones daba a conocer el Plan de Estabilidad presentado a Bruselas, que mantiene los recortes en salud y educación y deja como está la presión fiscal, en las Cortes regionales de Valladolid el portavoz del grupo socialista, la principal oposición, denunciaba algunos curiosos gastos contabilizados por la Junta de Castilla y León acerca de los cuales ha pedido explicaciones, no sin antes calificar el asunto de sorprendente e indignante, que lo es. Porque hay facturas de gominolas, de entradas a los toros y otros espectáculos, bisutería y pastelería. Lo de las chuches, cosa de bien poco, pero 18.000 euros de localidades en el coso taurino del Paseo de Zorrilla, y otros 2.300 en cines y teatros.

Y si ello es tan sorprendente e indignante, no lo es menos la explicación facilitada por el grupo del PP -que gobierna en la comunidad desde hace décadas- a través de su portavoz que calificó de demagógica la intervención del procurador del PSOE, primer paso para soltarle luego que si los parlamentarios socialistas tienen esa información tan detallada es precisamente gracias a la transparencia de la Junta que se lo ha facilitado. Pero no solo eso, sino que remató la faena señalando que todas son partidas contabilizadas y que se pueden justificar, aunque no se justificaron, y que, además, la mayoría de estos gastos pueden encontrarse en todas las administraciones. Hasta ahí se llega. Como si los desmanes de los demás justificasen el propio y como si el Gobierno regional no hiciese otras cosa que lo que está obligado a hacer cuando facilita información detallada de los gastos.

Se acaba de ver cómo el ministro de Hacienda en funciones arremetía contra la mayor parte de las autonomías, que no solo no cumplieron durante el pasado ejercicio las previsiones de déficit sino que aumentaron la deuda. Castilla y León entre esas comunidades. Y así va a seguir siendo, porque nadie puede frenar, ni los viejos partidos ni los nuevos, el inmenso coste de los 17 reinos de taifas en que quedó troceada España en los años de la transición y que les hace económicamente insostenibles, como aseguró en su día el expresidente Aznar. Sin embargo, todos los partidos salvo Vox, que incluye en su programa el fin de las autonomías, las mantienen gustosamente, pese a su inviabilidad, porque saben de su potencial como vivero de votos y de oficina de colocación para sus peces gordos y no tan gordos. En el Plan de Estabilidad enviado a la Unión Europea solo se contempla la reducción del déficit a través de seguir socavando el estado del bienestar: salud, enseñanza y servicios sociales.

En cuanto a lo de las gominas, el cine, los toros y todo eso contabilizado por la Junta, lo que la oposición quiere saber también es por qué se gastó y quiénes fueron los beneficiarios, quiénes se comieron los pasteles, vamos. Y es que todo lo acaba pagando el contribuyente. Según el portavoz del PSOE, los altos cargos pasan al cobro hasta facturas miserables, de dos o tres euros en ocasiones. El gratis total de los políticos, en fin, a costa, claro, de los contribuyentes.