Aquella frase de Sánchez ( "usted no es un presidente decente") sacudió la campaña y marcó una política: Rajoy se convirtió para el PSOE en una línea roja. Uno de esos golpes que demarcan espacios y marcan una estrategia. Luego vendría todo lo demás: el campo de juego ya estaba señalado. Ahora la retirada de la frase tiene importancia semejante, aunque haya sonado menos. Ni creí entonces que la frase fuera un exabrupto, sino fruto de un cálculo, ni ahora que sea una autocrítica espontánea. Está aún por ver si Sánchez tiene verdadera altura política, pero desde luego no es un simple pívot, sino un estratega de juego. En todo el periodo posterior a aquella frase, y a los resultados de diciembre, la estrategia del inacabable partido la ha marcado él. La de Rajoy ha sido una estrategia de espera, al estilo de Franco, que era un cazador. Franco con escopeta y Rajoy con cartas.