La transformación digital permite sueños impensables. Hace años, cuando los quioscos de las grandes plazas desparramaban publicaciones por sus esquinas, se veían clientes de pie repasando periódicos, revistas, gacetillas, tebeos, fascículos y papeles de buen ver.

Algunas plataformas ofrecen ahora la posibilidad de llevar en el bolsillo aquellos cientos de cabeceras, no solo para montarse una revista de prensa muy particular, sino también para compartir, comentar y presumir de leer la prensa neozelandesa al instante. Es la actualización global de lo que pasaba en aquellas escuelas de antaño, cuando se reunían en el aula un montón de periódicos y revistas, para recortar las mejores fotografías, los titulares más llamativos, las entrevistas más rimbombantes, e incluso construir con los diferentes tipos de letras una propia linotipia, con perdón.

Como toda innovación necesita un buen sustrato, el argentino Marcos Weskamp fue pinche antes que chef. De la arquitectura al diseño gráfico japonés, para recalar en los nuevos y constantes lenguajes digitales. Una evolución que le llevó a cofundar Flipboard, una aplicación que ofrece una experiencia de lectura concebida como una revista personal y transferible.

Flipboard, otra "F" en nuestros móviles aunque esta con fondo rojo, funciona como un agregador de noticias que permite construir la propia publicación interactiva, donde las noticias son hojeadas (flipped) con solo mover el dedo, como si fuera una revista impresa. Un método fácil para encontrar y leer noticias que se ha convertido en la aplicación favorita de muchos para estar al día, que además permite conectarse a Facebook, Twitter, Instagram, Googel+, Tumbir y mucho más.

De momento cautiva a 75 millones de usuarios cada mes y subiendo.