Pues parece que la lista de los nombres que se van descubriendo ligados a las sociedades opacas de Panamá y otros paraísos fiscales, lleva camino de no acabar. Porque no eran solo los que aparecieron en los primeros días, un simple vistazo a los más conocidos: Pilar de Borbón, Bertín Osborne, Pedro Almodóvar, Imanol Arias, y otros más, pues a estos se fueron uniendo de inmediato más nombres, algunos muy sonados como el del ya exministro Soria, atrapado en las mentiras de sus justificaciones, y al que no le ha restado otra solución que dimitir y poner fin a su carrera política.

No era el único político, ni mucho menos, tanto en activo como en pasivo, ya que hay otros aunque las sociedades registradas estén a nombre de sus esposas, como es el caso del comisario europeo y exministro Arias Cañete, que también debiera dimitir, o de la actual mujer del expresidente Felipe González. Sin olvidar al sempiterno Rato, perejil de todas las salsas y metido en todos los escándalos de corrupción, ni a Blesa, su antecesor en la presidencia de Bankia, ni a Corinna, la amiga especial del rey don Juan Carlos. También abundaban los extranjeros, como el primer ministro de Islandia, que ya cesó en el cargo; Macri, el nuevo presidente de Argentina, o el incombustible Berlusconi.

Y empresarios conocidos, como los Albertos: Alcocer y Cortina, y varios grandes grupos hoteleros, a los que cabe añadir un variopinto mosaico de familias y sus sucesores, que van desde los herederos de Javier de la Rosa, a dos bisnietos de Franco, pasado por una nieta del comunista Picasso. No falta tampoco la gente relacionada con el deporte profesional, que tanto dinero mueve y que algunos tratan de poner al mejor recaudo posible. Así, un miembro del Comité de Ética de la FIFA, el italiano Damiani, y Platini, que ha sido el jefe en Europa de la Federación, y Vilarrubí, vicepresidente del Barcelona, y Núñez que fue presidente del mismo club, y el inevitable Messi.

Todos ellos, según los papeles de Panamá, han tenido en algún momento o tienen en la actualidad vinculaciones con sociedades opacas establecidas, que en sí mismas no son ilegales, siempre que hayan sido declaradas y cumplidas las obligaciones fiscales en los países de residencia de estas personas, algunas de las cuales ya aparecieron en su día en otros papeles famosos: los de Falciani, con su lista de presuntos defraudadores. Eso es lo que hay que descubrir ahora: cuántas de estas operaciones internacionales son legales y cuántas no, para proceder como manden las leyes.

Lo que es cada vez más evidente es que Hacienda no somos todos. Ya lo dijo la abogada del Estado que defendía a Cristina de Borbón: que esa frase solo era un eslogan publicitario. De todos modos, eso que dicen los políticos de que la corrupción existente en su ámbito es el reflejo de la sociedad, debe referirse solo a esta alta sociedad de las élites y las oligarquías servidas mansamente por los gobiernos de PSOE y PP. Porque en los papeles de Panamá no hay modestos funcionarios, ni empleados de banca, ni profesionales, ni autónomos, ni albañiles, nadie que viva de un salario.