Nos encontramos en un momento de la Historia en el que parece que "todo está mal", "la cosa cada vez va a peor", encontrándonos con la situación dramática de la guerra, los refugiados que huyen de sus países buscando un lugar mejor, la pobreza, los desahucios, la injusticia, la enfermedad y un largo etcétera, que hace que en ocasiones caigamos en el pesimismo y en la angustia de no encontrar una solución satisfactoria, pero "Dios no se ha callado".

La forma de ser Dios no es la de escribir un whatsapp, o presentarse en la casa de una familia rota por la dificultad, la pobreza, la enfermedad? o la de ordenar el mundo sin más, sino que Dios lo hace de forma "muy sutil": quiere que todos los hombres y mujeres (y todos es todos), se impliquen en hacer un mundo más justo y mejor, que sea alguien (cualquier lector de este sencillo artículo) quien vaya a la vecina o vecino del quinto que sabe que se encuentra en una situación complicada y esté allí y procure hacer lo que esté en su mano para ayudar, o escribir un whatsapp a un amigo para hablar con él y tomar un café. Esta es la forma que tiene Dios de hacerse presente y no permanecer callado, lo hace a través de las personas que Él llama, regalando una vocación concreta. La vocación no es algo de unos pocos, es algo de todos, que no hace mejor o peor a las personas, las hace diferentes, las hace para los demás y haciéndolas así las hace felices porque Dios nos ama?

¿Entonces Dios sigue llamando? Sí, y sin ir muy lejos lo vemos en el reciente "docureality" "Quiero ser monja" en la cadena Cuatro, que, por cierto, fue trending topic en Twitter y tuvo el mayor nivel de audiencia de la noche del domingo pasado. En él vemos a unas chicas jóvenes que han sentido la necesidad de dar su vida por una causa mayor, no conformándose con la vida vivida hasta entonces. Lo vemos también en el mismo papa Francisco, que se lanza sin temor hacia la isla de Lesbos, lugar donde se encuentran los refugiados, dándoles una palabra de aliento y esperanza, despertando nuestras conciencias y la de todos los que vivimos aquí en Europa.

Dios no se ha callado, Dios habla por medio de personas concretas, como tú y como yo, como el papa Francisco y como las chicas que participan en "Quiero ser monja", lo hace para hacernos felices y para estar presentes en todo momento, pero en especial, en los momentos más arduos y complicados, como es la guerra, la salida de un país, la enfermedad, etc.