El ejercicio de devoción más popular y extendido de la Cuaresma y Semana Santa es el viacrucis (camino de la cruz), inventado por un religioso zamorano, el beato Álvaro de Córdoba. Hay una devoción popular con tradición desde la Edad Media, que es el viacrucis (el camino de la cruz). En él se recorren los momentos principales de la pasión y muerte de Jesús a través de 14 estaciones. Pero esta es la primera parte de una historia que no acaba en un sepulcro, ni siquiera en la mañana de la Resurrección, sino que se extiende a lo largo de 50 días (la Pascua). El Vía Lucis (camino de la luz) es una devoción reciente que puede complementar la del viacrucis. En ella se recorren catorce estaciones con Cristo triunfante desde la Resurrección a Pentecostés, siguiendo los relatos evangélicos.