Este día, el domingo II de Pascua, va siendo conocido cada vez más como el domingo de la Divina Misericordia. Fue San Juan Pablo II quien instauró esta fiesta a nivel universal, al asumir así una devoción muy arraigada entre los católicos de su país. En el año 2000 este pontífice canonizó a la religiosa polaca Faustina Kowalska, que en sus revelaciones particulares dijo recibir de Jesús el encargo de celebrar esta festividad. Juan Pablo II dijo de ella en la Misa de canonización: "la divina Providencia unió completamente la vida de esta humilde hija de Polonia a la historia del siglo XX, el siglo que acaba de terminar. En efecto, entre la primera y la segunda guerra mundial, Cristo le confió su mensaje de misericordia". En Zamora, el lugar de su culto ordinario es la iglesia de Santiago del Burgo.