Del tapizado "colorao" del sofá de la antesala del Salón de Plenos (acorde, según dicen, a los nuevos tiempos que corren en el Ayuntamiento), sin olvidar la visita del embajador de Venezuela para vender las bondades del régimen chavista de Nicolás Maduro (en el Salón de Comisiones) o la presencia de Cayo Lara en ese mismo salón para ofrecer una rueda de prensa, hemos pasado ahora a exhibir signos preconstitucionales en sedes oficiales. Ver para creer, pero así de cierto. A lo mejor eso es lo que ellos consideran el cambio y el progreso que tanto barruntan, la emergencia social parece ser que era la exhibición de banderas republicanas en la casa de todos los zamoranos.

Solo han tenido que pasar unos meses para el alcalde de Zamora y sus concejales se hayan quitado definitivamente la careta y exhiban sin ningún tipo de rubor ni respeto la bandera de la Segunda República en el Salón de Plenos del Ayuntamiento de Zamora. Con este gesto han mostrado su radicalidad y falta de respeto a la mayoría de los zamoranos que respetamos la bandera constitucional española. Nos da igual quién haya pagado esa bandera. Nos importa el gesto y el lugar escogido. El Salón de Plenos del Consistorio de nuestra ciudad, la de todos, no es el salón de actos de Izquierda Unida por mucho que Guarido, Viñas o Rivera así lo consideren. Es indignante que el Ayuntamiento haya hecho entrega de este símbolo como regalo institucional, porque eso es lo que es lo que se escenificó el pasado jueves por mucho que lo enmascare como un regalo personal. Izquierda Unida debe empezar a aprender que representan a todos los zamoranos, no solo a los que les votan.

Por cierto, puestos a buscar obsequios institucionales más adecuados, desde aquí le propongo al alcalde que regale a sus invitados ejemplares de la Constitución Española, como símbolo de la unidad y la concordia de todos los españoles; en la que en su Artículo 4 se especifica cuál es la bandera de este país, que tiene dos franjas rojas y una amarilla.

Y no vale el argumento de que se trata de un acto de libertad ideológica y de expresión ya que esta bandera se ha exhibido en la casa de todos los zamoranos: los que son republicanos, los que no, y a los que lo mismo da.

¿Dónde queda entonces la libertad ideológica y de expresión del resto de los zamoranos que respetamos la Constitución Española vigente desde el año 1978? Nadie niega a Izquierda Unida que exhiba sus pensamientos políticos, sus opiniones e ideas pero para eso tienen la sede de su partido y la calle donde acostumbran a hacerlo con total libertad, donde nadie les ha reprochado nada al respecto. Confunden el Ayuntamiento de Zamora con la sede de su partido. ¿O no? ¿O lo hacen a sabiendas sin importarles lo más mínimo? ¿Están buscando la confrontación o la provocación? La bandera republicana no es oficial, le pese a quien le pese, y por ello no se puede exhibir en actos oficiales. Y si quieren regalar banderas republicanas que lo hagan en su casa o en la sede de Izquierda Unida, sede que seguimos pagando entre todos los zamoranos.

Tan repudiable es exhibir la bandera franquista, conocida por todos por la "del águila", como la republicana de la que tanto presume Izquierda Unida, pero no es menos repudiable que estas se utilicen en sedes oficiales, como ha sido el caso del Ayuntamiento de la capital.

Y lo que todavía es más grave es que su socio de Gobierno, el Partido Socialista, solo se pronuncie para asegurar que se debería haber hecho en otra sala o que en el futuro habrá que tener más cuidado con este tipo de gestos. Será el precio que tienen que pagar los socialistas por mantenerse en el poder municipal junto a los que defienden signos preconstitucionales y que solo pretenden desenterrar un pasado del que todos tenemos que aprender para no cometer los mismos errores.

La práctica de los socialistas en el Ayuntamiento de Zamora recuerda a las ansias de poder de su líder nacional. No puede por eso extrañar a nadie la postura que mantienen los concejales socialistas con el único propósito de tocar poder a cualquier precio y a costa de los intereses de todos los ciudadanos. Zamora no está para postureos ni para pantomimas como a las que nos quiere acostumbrar el bipartito de IU y PSOE. La dignidad ni se compra ni se vende. Sencillamente no tiene precio. Los socialistas con su actitud demuestran o bien que su dignidad no tiene precio, o bien que directamente carecen de ella.

El Ayuntamiento de Zamora merece un gobierno municipal que, con sus aciertos y errores, defienda lealmente los intereses de todos los zamoranos, y no un gobierno abiertamente partidista y sectario que vive a la sombra de fantasmas del pasado, sin respetar la voluntad de la Carta Magna que mayoritariamente aceptamos todos los españoles.

Lo dicho, y el PSOE lo consiente. Los Antidio Fagúndez y Antonio Plaza de turno callan y asienten. El poder a cambio de la dignidad de Zamora y de los zamoranos. No les importa. Y luego pretenden dar lecciones de progreso y de cambio al resto de los partidos políticos.

Los proyectos importantes para el desarrollo de Zamora pueden esperar. Mientras tanto postureo y actos ilegales en sedes municipales oficiales.