El silencio hace historia". Así se refería este diario a la situación vivida en el rito del juramento del silencio, en el que por primera vez desde su implantación en los tiempos de la dictadura, no era el alcalde de Zamora quien se arrodillaba ante el Cristo de las Injurias para jurar en nombre de la ciudad silencio durante el desfile. Fue un hermano de la cofradía el que superó el reto, y lo hizo cargado de sentimiento, sin reproches y con un sentido social hacia los que sufren en el mundo por culpa de la política de los hombres. Solo un pequeño paso para separar la religión de la política y la Iglesia del Estado, que se ha vivido por parte de los zamoranos con respeto y acallando las escasas voces que se alzaron en contra. Silencio haciendo historia. La procesión, quizás, por dentro.

"Miles de jóvenes se reúnen en el botellón de Jueves Santo en San Martín". El ruido volvió de la mano de los jóvenes que se acercan desde hace años a nuestra Semana Santa para hacer botellón. Ruido porque vinieron seis mil quinientos jóvenes al Parque de San Martín. Y ruido de protestas en contra de este fenómeno que se extiende por todas las fiestas de manera espontánea. Curiosamente y dentro de la Semana Santa, parecen haber acertado con la fecha elegida, puesto que desde siempre era esta noche de vigilia también de reunión al calor de hogueras, sopas de ajo y vino de la tierra. Recuerdo cuando se llamaba a esta procesión la de los borrachos, porque eran jóvenes y eran muchas horas a la intemperie, durante la fría madrugada. Quizás sin saberlo no hagan más que continuar con esa tradición de noche en vela que empieza con un baile, el del cinco de copas, y acaba en algunos casos con unas copas de más. Por lo que yo sé, muchos van a ver la procesión -algunos salen en ella- y se comportan con respeto a una tradición que a ellos les sirve para encontrarse, y a la envejecida Zamora para volver a ver a los jóvenes que fuimos y a los que emigraron en busca de trabajo.

"Lágrimas en la lluvia". Lo siento por Alexia, por Rosina y por todas las mujeres de la Soledad, porque la lluvia no dejó acabar la procesión. Pero es que la soledad es de agua, de llanto por las personas que lucharon y ya no están con nosotras. Y que al recordarlas se convierten en un mar de lágrimas, que ni toda la lluvia del mundo puede desbordar. Además, mujer, el agua es fertilidad.

"Ahora sí es primavera". Parece que se dice con las ganas de empezar a disfrutar del mes de abril, y con él cambiar las solemnes marchas fúnebres por la alegre y popular flauta y tamboril de las romerías. Resucita el campo.

Durante esta semana también hubo historias de las de con mayúscula: de tristes minutos de silencio por los muertos en Bélgica; de alegres y ruidosos Rolling Stones en Cuba.

Y no todo fue resurrección al final. Porque en las cunetas de España aún esperan salir del olvido los hombres y mujeres que desaparecieron cuando en las procesiones empezaron a desfilar algunos políticos. El 14 de abril intentaremos sacarlos del silencio de tantos años.

Ahora es tiempo de balance de lo que fue una vez más nuestra pequeña historia. Todo ha salido bordado, dicen autoridades políticas y religiosas. Es el tiempo de hacerse las preguntas de un obrero que lee: "¿Quién cocinó el banquete de la victoria?, ¿quién pagó los gastos?". O lo que es lo mismo: quién procesionó, quién cocinó, quién barrió la calle que va a pasar por ella Cristo y su madre, quién la vigiló?

Aunque la historia con mayúsculas en España se emplazó para un miércoles, después de Semana Santa, en el que quizá resucite el Gobierno de izquierdas que la mayoría de españoles votó, eso sí, en distintas cofradías, ¡perdón!, partidos ¿en qué estaría yo pensando?

(*) Teniente de alcalde del Ayuntamiento de Zamora