La provincia de Zamora acoge durante estos días las celebraciones de su tradicional, sentida y pasional Semana Santa. Una oportunidad para mostrar al mundo entero los múltiples atractivos con los que cuenta esta tierra. Una oportunidad para poner a Zamora en el centro de atención del resto del mundo. Una oportunidad, en definitiva, que no podemos desaprovechar.

Son fechas para el recogimiento y para el sentimiento, pero también para conocer la variedad y diversidad que ofrece la provincia de Zamora.

Sin duda alguna es la Semana Santa de la capital, declarada de Interés Turístico Internacional, la que capitanea el flujo de visitantes durante estas especiales jornadas, pero ello no es óbice para que quienes se acercan a la ciudad puedan desplarzarse también al resto de la provincia. Una provincia que cuenta con otras Semanas Santas especiales, como es el caso de las de Toro y Bercianos de Aliste, ambas declaradas de Interés Turístico Regional de Castilla y León. Esta última caracterizada por una especial singularidad y sobriedad, por cómo la viven sus vecinos, y que a nadie que la haya visto ha dejado indiferente.

Una Semana Santa de Toro que anticipa la inminente apertura de Aqva, exposición de Las Edades del Hombre, por la que muchos zamoranos han luchado desde hace unos años. Un proyecto provincial que esperamos marque un antes y un después en la villa toresana y en toda la provincia de Zamora. Benavente, Villafáfila, Fuentesaúco, Villarrín de Campos son algunos de ejemplos de nuestra otra Semana Santa que también merecen una visita.

La Semana Santa es la excusa perfecta para venir a Zamora y conocer en profundidad nuestra provincia. Y además ahora, por primera vez muchas personas pueden ya viajar a estas tierras en Alta Velocidad Ferroviaria. Solo una hora y media desde Madrid, y quien quiera puede estar contemplando algunos de los momentos más emotivos y majestuosos de nuestra Semana Santa.

Poco más de una hora y media, para poder disfrutar de nuestros grandes espacios naturales. Desde los abruptos y espectaculares Arribes del Duero hasta el Lago de Sanabria, pasando por las estepas cerealistas de Tierra de Campos y Pan, y la sinuosa Guareña.

Poco más de hora y media de un cómodo viaje en tren para plantarse frente a los monumentos más representativos del románico zamorano, no solo en la capital que cuenta con más de una veintena de templos, sino también en Toro, con la Colegiata de Santa María La Mayor, Santa María de Azogue en Benavente, en Santa Marta de Tera...

Un tren de Alta Velocidad del que ya todos los zamoranos disfrutamos desde hace algún tiempo, y que esperamos aprovechen los turistas para acercarse a nuestra provincia, para compartir todo lo mucho y bueno que tenemos en Zamora.

Un tren que permite que todo el que quiera pueda disfrutar de nuestra inigualable gastronomía, con un gran elenco de productos con marchamo de calidad, desde nuestros vinos y nuestros quesos denominación de origen, hasta nuestro lechazo y la ternera alistana, los garbanzos de Fuentesaúco y la lenteja de Tierra de Campos.

En definitiva, la provincia de Zamora se convierte estos días en un mar de sensaciones que nadie puede perderse. Desde las Instituciones debemos velar por que todo salga a la perfección, por defender los intereses de todos los zamoramos, por defender los intereses de esta tierra a la que tanto debemos y tanto queremos.

Ese es el camino para hacer de Zamora una provincia más atractiva, mas rica y desarrollada. Una provincia en la que se genere empleo y riqueza. Una provincia que quede en la retina de quienes nos visiten para que encuentren un momento en el que repetir visita.

Y la Semana Santa es uno de nuestros mejores escaparates en el resto de España e incluso en el resto del mundo. No debemos desaprovecharlo y trabajar todos en el mismo sentido. Eso es lo que Zamora y los zamoranos quieren y esperan de sus representantes institucionales. No podemos defraudarlos.