Los que respetamos el dinero público, los que creemos en lo que representan de verdad las ideas por las que nos presentamos al examen de los ciudadanos en los comicios generales y municipales del pasado año, los que llegamos a la política para servir a los ciudadanos y no servirnos de ellos, y que creemos por convicción y ética en los aires de cambio y renovación que inspiran las siglas de Ciudadanos, no podemos sino exigir el cierre de diputaciones y consejos consultivos, coladeros de cargos, cuando no nidos de corrupción.

No hay un clamor popular en las calles en defensa de las diputaciones, tampoco de la de Zamora, claro ejemplo de institución ineficaz, donde las siglas cuentan más que las necesidades de los pueblos a los que dicen servir, y los partidos han utilizado como pesebre donde colocar a los miembros del partido y afines con cargo al presupuesto público. Al final, la única defensa de las diputaciones viene de quienes precisamente viven en ellas y, me atrevería a decir más, de los que viven de ellas.

Pues bien, ahora resulta curioso, y bastante lamentable, que el Partido Popular haya utilizado la vía de urgencia para la tramitación de mociones a favor de estas instituciones. Una vía que rara vez es empleada para acciones que realmente repercutan de manera inmediata en los ciudadanos de la provincia y que dice mucho de lo que para el PP resulta urgente en cuanto a necesidades de los ciudadanos se refiere. Y es que ven que se les acaba "la fiesta" a cargo del dinero de todos, y empieza el temor.

Y esta es justo su estrategia, atemorizar a nuestros vecinos con el cierre de servicios. La idea es hacer débiles a los municipios, tras años de asfixia a las oportunidades en el entorno rural, de abandono en infraestructuras, de falta de inversiones en agricultura y ganadería, y de merma en la cantidad y calidad de los servicios públicos del mundo rural. Así, las diputaciones pueden presentarse con su falso halo de "institución salvadora" cuando lo que destina realmente es tan solo un 20% de su presupuesto a financiación que llegue directamente a esos pueblos a los que pretende salvar.

En realidad lo que han hecho es "desvalijar" a los municipios, obligarles a prestar servicios que no les corresponden y limitarles la financiación. El PP, desde todas las administraciones que controla, intenta hacernos creer que somos los únicos en Europa que necesitamos duplicar administraciones, y que la más necesaria de todas ellas es precisamente la que no elegimos los ciudadanos votando directamente y de la que solo llega a los ciudadanos 1 de cada 5 euros de dinero público. Pues no, señores, lo que de verdad necesitamos son oportunidades para que nuestros jóvenes no abandonen la provincia, servicios educativos de calidad, apoyo a la sanidad rural, a la que ustedes dan la espalda y también a emprendedores a los que ningunean constantemente, como está sucediendo con el proyecto para la biorrefinería de Barcial del Barco.

Ciudadanos lo tiene claro y lo ha llevado en su programa electoral. No rotundo a las diputaciones y sí a mancomunar servicios municipales. Queremos mantener la identidad, el nombre, las tradiciones y la vida cultural de los pueblos, porque nuestra propuesta de agrupación lo que supone es una racionalización del gasto que eliminará niveles superfluos y costosos para los ciudadanos. No más clientelismo político, no más reliquias del periodo preconstitucional, no más pesebres para colocar cargos, no más mentiras: la supervivencia de los pueblos no está en el mantenimiento de las diputaciones sino en el apoyo decidido a sus servicios, en la coordinación y en el respeto a cada euro que sale del bolsillo de nuestros vecinos.