Es de sobra conocido el carácter voluble, irascible y un tanto cambiante de la alcaldesa de Barcelona. En poco tiempo, Ada Colau acumula la mayor lista de despropósitos que se recuerdan en democracia. La última, sonada y criticada hasta la saciedad por su falta de tacto y de educación, ha sido el corte propinado a dos militares españoles que amablemente se acercaron a saludarla durante la inauguración del Salón de la Enseñanza de la Feria de Barcelona, donde el Ejército tiene un estand en el que informa a los jóvenes de las posibilidades y de las ofertas formativas que existen después de la ESO y el Bachillerato. Los dos miembros del Ejército, responsables del expositor del Ministerio de Defensa, fueron despachados con cajas destempladas por la primera edil con un "ya sabéis que no nos gusta que estéis aquí".

Cuán desmemoriada, entre otras cosas, y carente de coherencia es esta señora. Porque Barcelona y con la Ciudad Condal toda Cataluña, en cuanto el agua en forma de riada y el fuego en forma de incendio de sus montes, les sorprenden, cosa que ocurre muy a menudo, al primero que llaman es al Ejército. Y ese Ejército al que no le gusta ver cerca porque la señora Colau, que se cuela constantemente, cree que "hay que separar los espacios", ha sacado las castañas del fuego y del agua, a Cataluña y a los catalanes en infinidad de ocasiones.

Porque, cuando Cataluña se ve amenazada de alguna manera, lo primero que hacen es levantar el teléfono para llamar al Ejército. Y en su defecto a la Guardia Civil. Con sus Mossos d'Esquadra no tienen suficiente porque están más empeñados en protagonizar escándalos callejeros con personas más vulnerables, que en defender los valores que defienden el Ejército, la Guardia Civil y la Policía Nacional. Hay una ristra de polémicas que promete ahogar a la otrora activista. Esta es otra más, imperdonable.

A la de jóvenes en peligro de descarriarse que ha salvado el Ejército en España. La de trabajo que ha generado, más de 10.000 puestos al año. Y eso a pesar de los recortes constantes con que les pagan los distintos Gobiernos y da igual que sean de izquierdas que de derechas. Cuán mal se portan con quienes son los verdaderos defensores de la libertad, la democracia y la Constitución. A los primeros que se recurre cuando vemos amenazadas la libertad, los derechos y la democracia. La actuación de la Colau ha sido vergonzosa y fuera de lugar. La imagen que los activistas quieren dar del Ejército no es la correcta. El Ejército español está al servicio de la Paz en España y donde quiera que sea reclamada su presencia

Zamora perdió el cuartel Viriato pero no su aprecio por el Ejército que hoy quiero volcar en los habitantes de la Subdelegación de Defensa. Agradecidos de que estéis aquí.