A Podemos empiezan a caérsele los símbolos y los referentes. Primera e importante baja en Podemos. El exfiscal anticorrupción Carlos Jiménez Villarejo, uno de los referentes de Podemos y símbolo del partido morado en sus inicios, cuando se presentaron a las elecciones europeas, ha decidido dar portazo y romper con la formación por considerar incorrecta la estrategia seguida por Iglesias durante las últimas semanas y más concretamente por no facilitar la investidura de Sánchez.

Jiménez Villarejo se ha despachado a gusto. Y ya puesto ha recriminado a Iglesias el "tono arrogante y áspero" que utilizó durante su turno de palabra, así como su ataque directo a Felipe González, acusándole de tener el pasado manchado de "cal viva", nada que el resto de españoles no hubiéramos observado y criticado como corresponde, solo que los demás, sobre todo si no somos del círculo, no estamos facultados para emitir opiniones.

Si la del exfiscal fuera la única baja, pero es que hay más. El secretario de Organización del Consejo Autonómico de Podemos Madrid, Emilio Delgado, que es a su vez diputado en la Asamblea de Madrid, ha dimitido de su cargo en el partido denunciando "la ausencia de dirección política" y la descoordinación del partido a nivel autonómico. Eso sí, pese a su dimisión en el cargo, Delgado seguirá manteniendo su acta de diputado. Como que va a renunciar fácilmente a dinero tan fácil y a todo lo que conlleva estar en la pomada.

A Iglesias siempre le quedarán Errejón, Echenique, Monedero, Julio Rodríguez, Bescansa e Irene Montero que parece haber desplazado a esta última a la diestra del líder. Los importantes, los cerebros se le van marchando con argumentos que dejan muy mal parado al líder de "Posemos", poniendo de manifiesto que lo de este chico es una pose de cara a la galería y nada más. Poco le ha durado la vinculación de Jiménez Villarejo a su marca, apenas dos años. La cara de la lucha contra la corrupción en la que se abanderaron en los comienzos les ha dado literalmente la espalda. Sus críticas contra el derecho a la autodeterminación han sido también decisivas al comprobar la ambigüedad estudiada.

Lo de Villarejo se veía venir, pero no de forma tan inminente. Quien asesoraba gratuitamente al líder se va por donde había llegado, pero desencantado de la experiencia y de la arrogancia del jefe del partido que así no gana adeptos. La actuación de Iglesias en el Congreso de los Diputados lo ha retratado. La gente con dos dedos de frente se ha cansado del esperpento. Y por qué lo que comenzó con el firme propósito de acabar con la corrupción, los desahucios, la pobreza y tantas y tantas lacras ha acabado en agua de borrajas y en el reparto de los mejores sillones de un Gobierno que, ojalá, nunca llegue a gobernar España. Que le pregunten al señor Villarejo.