Cuando las personas mayores llegan a la edad de la jubilación están convencidas de que han llegado al límite de sus posibilidades para mantenerse dentro de lo que entendemos por una vida laboral. Muchos creen que ya no sirven para nada, porque en su trabajo de costumbre ya le han jubilado. A quienes se encierran dentro de ese pensamiento les espera una mala vejez.

Al alcanzar los años que nos ponen en la situación de jubilado es necesario cambiar radicalmente nuestra forma de vida y convencernos de que hemos llegado al momento de quedar liberados de obligaciones que se nos imponían porque había que ganarse el pan de cada día para nosotros y los familiares a nuestro cargo.

Si no queremos caer en situaciones de depresión y enfermedades, que pueden ser consecuencia de estar pensando constantemente en que no tenemos nada que hacer, es muy conveniente permanecer activo en cualquiera de las múltiples actividades que podemos elegir libremente.

Como no debemos quedar anclados en el pasado, porque no podemos continuar con el trabajo que nos imponía nuestro salario o retribución, hay que pensar en algo nuevo que nos gratifique, no económicamente, sino que nos dé la satisfacción de ver nuestra propia obra.

Para adaptarnos a la vida de jubilados debemos asegurar nuestra autonomía personal y prevenir situaciones de dependencia, es decir, ser autosuficientes para todos los actos de un régimen de vida normal. Posiblemente tendremos que adquirir formación para desarrollar actividades que antes no conocíamos y esto suele ser rechazado por quienes piensan "a mis años no voy a ponerme a aprender". Esta sería una mala forma de emprender una vida de envejecimiento activo, porque hay que estar aprendiendo mientras se viva.

El acceso a las nuevas tecnologías es imprescindible para mantenernos dentro de una sociedad en continua evolución que no cesa en la creación de nuevas técnicas tendentes a facilitar las tareas cotidianas de convivencia, o simplemente las domésticas que hemos de practicar en el hogar. Adquirir conocimientos básicos de informática para poder entrar en las redes sociales está al alcance de cualquier persona mayor que lo desee. Los centros de mayores de la comunidad autónoma, la Federación Provincial de Jubilados y muchas de las asociaciones de jubilados ponen a disposición de los mayores cursos y medios para formarse en las nuevas tecnologías.

Todo cuanto queda dicho, como consejos para un envejecimiento activo, es fruto de la experiencia de una persona mayor que lleva más de veinte años jubilado y no se cansa de aprender.