Es la pregunta que más me hacen por la calle. ¿Qué va pasar? ¿Volvemos a votar?

Hacía tiempo que no asistíamos a un Parlamento tan fragmentado. Mejor dicho, nunca habíamos visto un Parlamento tan fragmentado y sin mayorías claras. En el conjunto de Europa están más acostumbrados y saben lo que es estar meses y meses negociando, perfilando pactos, debatiendo acuerdos y desacuerdos. Aquí siempre habíamos tenido un partido claramente ganador que, como mucho, necesitaba unos pocos apoyos. Y para eso siempre estaban ahí los nacionalistas vascos y catalanes.

-¿Nos apoyéis?

-Depende.

-¿De qué?

-De lo que paguéis.

Y PSOE o PP, según, pagaban la factura, en pasta y competencias, solventado el pacto de Gobierno. Pero eso se acabó. Donde había dos grandes partidos hay cuatro. Y para colmo, los nacionalistas más acostumbrados a pactar, los exconvergentes del clan Pujol, se han echado al monte. ¿Por qué nos extraña que cueste formar un nuevo Gobierno? Exigimos a los partidos que se mantengan fieles a su programa, pero es imposible hacerlo si tienen que acordar algo con quienes tienen un programa sustancialmente distinto e incluso opuesto. Para colmo, quienes se entenderían a la perfección, PP y Ciudadanos, no tienen escaños suficientes. Tampoco los tienen, en sentido estricto, PSOE más Podemos. Aunque ahí había una posibilidad clara de sumar otros apoyos, si no fuera porque se ha demostrado que decir PSOE y decir izquierda o cambio o transformación social es puro voluntarismo. El PSOE se pasó hace tiempo al "lado oscuro de la fuerza"; es decir, al inmovilismo y la reacción implícitos en la dominante doctrina económica neoliberal de la que no se aparta ni un milímetro. Por eso le ha resultado tan fácil asumir, sin traumas, más del 80% del programa de Ciudadanos (según dice Rivera) y le resultaba imposible hablar siquiera de lo que defendía Podemos, por más que fuera de sentido común: desde el momento en que hablamos de gobernar para los de abajo a los dirigentes socialistas les entra un vértigo de espanto.

-¡Eso es radical, no es europeo, es imposible, no está permitido!

Quién te ha visto y quién te ve, Partido Socialista Obrero Español. En todo caso, y ejerciendo su legítimo derecho, ha elegido con quien "bailar" la actual danza postelectoral. El resultado son 130 votos de los 350 que hay. Una pantomima sin sentido, desde el punto de vista de los intereses generales. ¿Qué va a pasar ahora? Pues que Pedro Sánchez irá a la primera sesión de investidura, donde necesita mayoría absoluta, y perderá. E irá a las segunda, donde le basta con relativa, y volverá a perder. Y pasará que después hay otros dos meses en los que el jefe del Estado tendrá que sondear de nuevo a los líderes de los partidos y ver si hay horizonte para convocar o no nuevas sesiones de investiduras. Si lo ve, nuevos intentos y maniobras orquestales en la oscuridad. Si no, repetición de elecciones, que tendrán lugar en plenas Ferias y Fiesta de San Pedro en Zamora, el 26 de junio, domingo. Una pésima salida, sin duda. No es previsible que los votos varíen mucho en tan poco tiempo. Pero, ¿qué se puede hacer, si las cosas siguen como ahora y no hay mimbres en las cúpulas de los partidos para trenzar grandes acuerdos de país?

Algo positivo, no obstante, sí tendría una eventual repetición de las elecciones legislativas. Todos tendremos mucho más claro qué se puede esperar de cada uno de los partidos. Del PP, nada de nada, vista su incapacidad para regenerarse pese a la brutal y continua aparición de tramas de corrupción. De Ciudadanos, fidelidad absoluta, perruna y sin matices, a la dominante ideología neoliberal: todo para los de arriba, que saben crear riqueza y alguna migaja nos caerá a los de abajo? si nos la merecemos. Del PSOE, nada que suene a izquierda, transformación social y redistribución de la riqueza; salvo rebelión interna, estamos ante el verdadero nuevo partido centrista del país; entendiendo por centrista, derecha moderna, suave y moderada. De Podemos, lo de siempre: políticas para la aplastada mayoría social por más que la minoría de las élites siga alimentando la brutal máquina del fango contra nosotros.

Dicho lo cual, ojalá se eviten esas nuevas elecciones y aún sea posible, después de la pantomima de la falsa investidura que vamos a vivir, el Gobierno de cambio y regeneración que está necesitando con urgencia nuestro país. Por los de Podemos, aunque nos sigan insultando cada día, no va a quedar.

(*) Secretario general de Podemos

Zamora