El candidato del PSOE, Pedro Sánchez, promete que si llega a la presidencia "derribará todos los muros que ha construido la derecha". ¿Son creíbles sus palabras? ¿Está decidido a realizar la primera fase de esta promesa? O sea, ¿quiere y puede formar un Gobierno del cambio que no incluya a la derecha? Difícil lo tiene, imposible, no; pero puede hacerlo, sin ataduras de sus barones y de sus veteranos líderes.

Y parece que lo intenta, pues el secretario general del PSOE ha hecho un llamamiento a los progresistas para que la mayoría de ciudadanos que quieren acabar con el Gobierno del PP "no se divida y no se ponga freno al cambio". El cambio es posible, urgente y necesario. Son más de 11 millones de votantes españoles (PSOE, Podemos y confluencias e IU) que piden a gritos que se pongan de acuerdo para ese cambio real, sin derechas. Y, a pesar de las presiones políticas y económicas, no quieren el pseudo relevo-reforma que pide con la boquita pequeña el líder de Ciudadanos, Albert Rivera. Y es que de casta le viene al galgo; o sea, eso de que Ciudadanos es una nefasta copia del PP, su marca blanca, y eso es lo que tienen de malo que parece de calidad pero acaban decepcionando. Lo vimos en las elecciones autonómicas, en las municipales y hace poco en las generales? "Ciudadanos, y su líder Albert Rivera, aunque tengan 30 años menos, son la misma derecha que el PP", lo ha dicho hasta la extenuación el líder socialista en período electoral, y anteriormente. Y no queremos un gobierno de derechas ni el de sus apógrafos.

Para el PSOE, como para el PP y Ciudadanos, el referéndum es la línea roja que jamás cruzarán en las negociaciones. Para respaldar esta posición, tales partidos presentan, de manera malintencionada, el referéndum en Catalunya como una llamada a la independencia, "asumiendo erróneamente que la aprobación del referéndum daría pie inmediatamente a la independencia". Sin embargo, el derecho a decidir es el mero derecho democrático que un pueblo y nación debería tener dentro de un Estado plurinacional. La cuestión sería, en tal caso, dialogar entre todos sobre qué tipo de Estado se desea. No es ético emponzoñar la investidura contra el derecho que, en contra de lo que tales partidos políticos (PSOE, PP y C´s) están afirmando, existe en muchos países. Nadie plantea discutir, en la izquierda al PSOE, sobre la unidad de España o su desunión.

Pedro Sánchez no puede mirar constantemente para los dos lados y debe escoger ya. El cambio está a la izquierda. La gran coalición, la que desean algunos de sus barones, está al lado de los conservadores, de los neoliberales del PP y de la nueva derecha de Ciudadanos. Estos de C´s, que no sabemos a qué están; bueno, sí, a pillar poder, a pillar lo que sea.

Mariano Rajoy, presidente en funciones, rey de la inacción política, suelta chascarrillos en Bruselas sobre que aquí, en España, tenemos un gran lío de partidos y que tendremos nuevas elecciones en junio ¿Es estrategia para forzar que el PSOE acepte su gran coalición conservadora, o es una de sus muchas frivolidades y bobaliconadas? ¿Aguantaremos hasta junio con estos políticos ya dimisionarios, amortizados y ahogados por la corrupción estructural y sistémica de su partido, el de la gaviota azul?

Pablo Iglesias intenta la gobernabilidad de toda la izquierda, pero le acusan de soberbio y prepotente por querer entrar en el Gobierno de la nación. Pero qué menos que una coalición a la europea, plural, como dice Rajoy, exige ceder vicepresidencias y ministerios importantes. Y en cualquier ámbito de la vida, la dirección y organización del proyecto es importante tenerlos en cuenta para garantizar el éxito y el compromiso.

Alberto Garzón ha dado también otro paso importante convocando a Iglesias (Podemos), a Sánchez (PSOE), a Joan Baldoví (Compromís) y a sí mismo (IU), para sentarse a negociar, los cuatro, un acuerdo de investidura, para configurar, de manera decidida y clara, un Gobierno de izquierdas, plural. Todos han aceptado esta reunión porque todos están empeñados en establecer un Gobierno para cambiar nuestro país

Por eso, Pedro Sánchez tiene que hacer más que lo imposible por formar ese Gobierno de coalición, del cambio, progresista. Si no lo hace, la ciudadanía se lo hará pagar muy caro en las próximas elecciones.