El pasado día 9 de febrero, miércoles de ceniza, se iniciaba la Cuaresma, un camino de cuarenta días para la celebración de la Pascua. Ese mismo día, sobre las nueve de la tarde-noche, recibía un WhatsApp, titulado "Lo que es el ayuno para el papa Francisco" y en él mismo proponen quince sencillos actos de caridad, manifestaciones concretas de amor.

Presumo que muchos de los lectores hayan recibido en sus teléfonos el mensaje, motivo por el cual, no deseo incurrir en reiteraciones innecesarias, pero sí hacer una reflexión de lo que debe significar este tiempo de Cuaresma para un cristiano y para cualquier persona que quiera o desee dar un sentido nuevo a su vida, pues, no olvidemos que la Cuaresma es un tiempo de cambio, de cambio de mentalidad, de cambio de costumbres, de cambio de manera de vivir la vida, en definitiva de ser feliz.

En el acto de imposición de la ceniza el pasado miércoles, el sacerdote nos decía: "Convertíos y creed en el Evangelio".

Convertirse es cambiar, es renovarse, es querer ser un hombre nuevo, es experimentar un cambio interior con manifestaciones exteriores, hemos de cambiar de forma de pensar y de actuar, pues, la Cuaresma no puede quedarse en un simple acto de abstenerse de comer carne los viernes del período cuaresmal; en los tiempos presentes hay muchas personas, que por carencia de medios económicos se ven obligadas a ayunar de los necesario todo los días del año.

El abstenerse de comer carne es simplemente un signo, nada más, la conversión deber operarse en nuestro interior y una vez convertidos hemos de compartir nuestro pan con el hambriento, con el necesitado, y no sólo el pan, sino el consejo, la ayuda, el dar consejo, etc., etc., en definitiva ayudar a quien lo necesite, pues, las necesidades van mucho más allá de la carencia de pan.

No olvidemos que Jesús nos decía : "No solo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca del señor". La norma de conducta de un cristiano y de cualquier persona de buena voluntad, es hacer el bien, que es lo opuesto al mal, y cada uno de nosotros sabemos qué defectos hemos de corregir, para no dañar a las personas.

Aprovechemos estos días, para efectuar el cambio en nuestro interior y llevemos a cabo buenas obras. Señor ayúdanos a hacer el bien en este mundo?

Que transformemos la obscuridad y el dolor en vida y alegría.

Una sonrisa, una palmada en la espalda, un abrazo, un saludo un buenos días, cuánto bien pueden hacer, pongámoslo en práctica y veremos su efectos.

Tiempo de Cuaresma tiempo de reflexión interior y de deseo de cambio para bien y así poder vivir la Pascua con alegría.

Pedro Bécares de Lera (Zamora)