E n el año 1975 la entidad financiera Caja Zamora, que todavía no se había fusionado con otras de la región para convertirse en Caja España, publicó un estudio sobre la fusión de nuestros ayuntamientos para una concentración demográfica, con la finalidad de reducir municipios con escasos recursos económicos y reducida población. Dicho estudio fue realizado por el entonces secretario general del Gobierno Civil, Porfirio Nafría Collado, hombre que conocía mejor que nadie la provincia y, además, era un gran profesional en el campo del derecho administrativo, sobre todo en lo concerniente a las entidades locales. Aunque haya pasado tanto tiempo, lo que se dice en él sobre ordenación del territorio tiene actualidad y su pensamiento puede aplicarse en estos momentos.

Actualmente la provincia cuenta con unos 507 núcleos de población, encuadrados en 248 municipios: 57 menos que en el año 1960, cuando contaba con 305, por lo que en este periodo de 55 años, solamente 57 pueblos han desaparecido como ayuntamientos. Pobre resultado, poco hemos conseguido en este campo de la concentración, de la fusión, y consideramos, de acuerdo también con la Junta de Castilla y León, que hay que poner en vigor las políticas correspondientes para lograr una mayor integración de nuestros ayuntamientos hasta reducirlos, como mínimo, en un 70%, que es más o menos a la conclusión a la que llega en su libro Porfirio Nafría, según el cual serían unos 73 municipios los que tendrían viabilidad en un futuro.

LA OPINIÓN-EL CORREO publicaba recientemente la existencia de un documento sobre el diseño de una distribución poblacional que reduce a 33 los municipios de Zamora, una vez cerrado el plazo para presentar iniciativas ante la Junta de Castilla y León, que en estos momentos está elaborando la Ley del Mapa de Unidades Básicas de Ordenación y Servicios del Territorio, de forma resumida, Ley de Ordenación del Territorio, siendo el principal objetivo de esta garantizar unos servicios públicos de calidad a todos los ciudadanos en cualquier lugar de la provincia. Me parece que esta reducción que se propone resulta excesiva, pero como no la conozco ni tampoco los datos que se manejan no me pronunciaré sobre ella.

Considero que es interesante que los procuradores en Cortes por Zamora se lean el estudio de Caja Zamora que comentamos, porque podrán obtener muchas ideas e información sobre los núcleos de población y sus posibles fusiones. Lo mismo le propongo a los diputados provinciales, puesto que en el citado libro se encontrarán con todas las características de nuestras entidades locales y los servicios que deben estar dotados para una ordenación del territorio provincial en relación con una adecuada distribución de la población.

El problema es serio y muy complejo de realizar. No podemos seguir con ayuntamientos con escasos recursos, poblaciones mínimas y muy envejecidas. La ordenación se impone, pero tiene que ser necesariamente voluntaria por parte de los municipios. Los habitantes tienen que implicarse, de ellos depende principalmente que la concentración se realice o una vez más fracase, como en los tiempos de los Planes de Desarrollo de López Rodó, con sus núcleos de expansión.

Las políticas económicas y sociales que se apliquen por parte de las diferentes administraciones son necesarias, pero no suficientes para alcanzar los objetivos de fusión. La última palabra la tienen los habitantes de los núcleos implicados en la concentración, con la colaboración y asesoramiento de la Diputación Provincial, organismo imprescindible y necesario en este tema tan complejo. ¡Como para suprimir las diputaciones como desean algunos partidos de nueva creación! ¿No sería mejor potenciarlas para llevar a cabo esta concentración municipal que todos deseamos? Aunque para ello habría que hacer algún cambio en la legislación correspondiente.