E l pasado año, el Pleno del Parlamento Vasco, con los votos de PNV, PSE-EE, PP y UPyD, todos sus componentes menos EH Bildu, aprobaron una resolución contraria a las constantes vulneraciones de Derechos Humanos en Venezuela, adhiriéndose a los pronunciamientos emitidos en reiteradas ocasiones por la Unión Europea. Estas cuestiones no pasan de tener un carácter meramente simbólico pero por lo menos también ponen de manifiesto que ciertos posicionamientos contra la vulneración de los derechos en el mundo, no están anquilosadas en los parlamentos patrios. Y el de Euskadi es uno de ellos.

La cosa no tuvo más relevancia. La mayoría de ciudadanos españoles ni se habían enterado. Al revés de lo que ocurre en Venezuela cuando Nicolás Maduro arremete contra España, su Gobierno y especialmente la figura de Rajoy a la que tanta tirria le tiene, rodeándose de palmeros y la luz que le prestan las cámaras de su televisión, para afear aquello en lo que Maduro cae a diario y que los demás no hacen, es decir cometer el pecado de la injerencia política.

Estoy por saber que España ha puesto un avión militar, de los que utilizan el rey o el presidente del Gobierno en sus desplazamientos, para traer a España a toda la escoria posible de Venezuela con el insano propósito de lavarles el cerebro. Por aquí solo ha venido la oposición y las madres, mujeres e hijas de los perseguidos políticos que son tantos. Y hasta donde sé, se han sufragado el pasaje en avión con dinero propio o prestado por sus amigos.

Maduro no soporta que le saquen los colores. Pierde apoyo en el resto del continente iberoamericano y echa la culpa a España. No tolera que le digan que preside un gobierno antidemocrático, algo totalmente cierto. Le irrita sobremanera que se cuente la verdad de lo que acontece en aquel país que Maduro ha hecho imposible e inhabitable. Pues bien, lo ocurrido en el Parlamento vasco el pasado año le incomodó hasta el punto de enviar una durísima carta a la Cámara Vasca.

Mientras Maduro y su gente amenazan e incluso son capaces de poner el cañón de una pistola sobre la sien de un opositor, los opositores al régimen soportan toda clase de vejaciones, amenazas e insultos. A eso nos quieren conducir algunos. Porque la revolución de Chaves primero y Maduro después ni ha sido democrática ni pacífica. No permiten convivir otras ideas que no sean las suyas y si molestan más de lo debido se les encarcela o se les mata directamente y sin contemplaciones. Un régimen sustentado en la mentira y el miedo tiene que acabar cayéndose por su propio peso. Sin embargo, para Maduro y los suyos la UE en pleno se equivoca, Argentina se equivoca, Estados Unidos se equivoca y también el Parlamento Vasco. Todos menos sus amigos los bilduetarras.