Televisión Española ha sido llamada muchas cosas y pocas buenas. Este año y en estos últimos días puede recibir el nombre de "la caja de las sorpresas". Por desgracia la sorpresa no es agradable. La representante elegida para que lleve el nombre de España en Eurovisión prefiere cantar en inglés. Y, ante las críticas por ello, ha manifestado muy rotunda que no va a ceder a las presiones; que, a pesar de ellas, no desistirá de cantar en inglés. Es muy dueña de hacer lo que pretende. Pero yo, que soy una insignificancia y que, como español, no soy más de una cuarentamillonésima parte de mis compatriotas, digo que esa señorita no me representa; y me gustaría que me respaldaran los españoles restantes, menos ella ¡claro!

Se ha comprobado que, para representar a España, en Eurovisión no se estila presentar canciones típicamente españolas, a pesar de la multitud de ellas que existen en nuestra patria. Seguramente me dejaré alguna o algunas en el tintero. Pero voy a enumerar unas cuantas que, bien administradas, darían para muchos años, si se decidiera presentarlas al certamen internacional denominado Eurovisión una cada año. Piénsese en la numerosa variedad de la jota, desde la aragonesa a las que se interpretan por Castilla, León y otras regiones, como Extremadura y Castilla La Mancha; ¿Se han oído alguna vez allí la muñeira u otras variedades gallegas? ¿Cuándo se ha interpretado alguna asturianada? Cantabria tiene alguna canción especial; el zorziko vasco es muy peculiar; la jota navarra dice mucho de la garra hispana; tampoco son malas las sardanas, canción de Cataluña; el bolero mallorquín, las sevillanas y otras canciones andaluzas; el fandango en sus modalidades, el pasodoble, el chotis madrileño? ¡Cuántas canciones españolas han podido tomarse, con las oportunas "variaciones sobre el tema", para darle más empaque y duración! Y sin tales artilugios: solo hay que recordar los conciertos que ha presentado María del Monte, por ejemplo, cantando sevillanas.

Aunque ya es bastante conceder, vamos a pasar que no se tomen estas particularidades mencionadas para ofrecer canción representativa de España en un certamen internacional. Se han presentado canciones bonitas, incluso ganadoras del primer premio, que han llegado del extranjero. Pero siempre se habían cantado, total o parcialmente, en español, la lengua valiosa y meritoriamente reconocida en el mundo, porque la hablan más de quinientos millones de personas. No es una lengua hablada solo por algún pueblo de pocos miles de habitantes. Parece la práctica de un desprecio lo que se hace, si bien encaja perfectamente en esta moda, introducida por alguna región, según la cual la lengua de España se desdeña y queda relegada con menor apreciación que alguna lengua extranjera o incluso con lo que antaño era en España un simple dialecto. No estaba bien aquella consideración; pero mucho peor es relegar el español dejándolo a un lado como expresión lingüística de Castilla, la región, que fue madre de España y todos los pueblos que España colonizó, educándolos de forma superior, en algunos casos, a como lo hicieron otras naciones con pueblos de allende los mares.

Ni vale tampoco el argumento ofrecido por Bárbara Reizábal, que se hace llamar con el nombre artístico de Barei. Dice: "No creo que nadie tenga que cambiar su arte por un concurso concreto. Y la gente lo ha elegido democráticamente". La democracia debe regir para otras cosas; no hay que degradar a la democracia utilizándola para aplicarla a algo tan particular como es una canción. Por otra parte, el valor de los concursos está determinado por la amplitud de su convocatoria y por lo que significa su participación en los mismos: si una obra se presenta como representación de un país (el que sea), debe primar de manera esencial el idioma de ese país. Si se convoca un certamen de trajes regionales, por ejemplo, a nadie se le ocurriría exhibir un sarape o poncho mejicano para representar a la región de Aliste; tendría que ser representada nuestra entrañable comarca poniéndose la capa alistana sobre el resto de la vestimenta propia de la comarca representada. Sinceramente opino que en Eurovisión -o en otro concurso similar- quien represente a España debe hablar en español. Todo lo demás es impropio y está fuera de lugar. Televisión Española debe obrar en consecuencia.