La casi inexistencia de estudios sobre la emigración en Zamora, nos lleva a analizar un documento del año 1880 del reinado de Alfonso XII. Su origen radica en la petición que hizo el Gobierno de la nación a las diputaciones provinciales para conocer el número de gentes que salían del país, hecho que afectaba enormemente a la economía española, pues tanto la agricultura como la escasa industria, se quedaban sin trabajadores. De aquí que el gobernador de Zamora, para cumplir con la orden recibida el 22 de septiembre sobre el proceso emigratorio en la provincia, enviara el día 16 de noviembre al Ministerio de la Gobernación, una relación de los que salieron al exterior y a América. En ella señala también, que no hay ninguna agencia o particular, que estén autorizados para contratar personas que deseen partir a otros lugares.

En la relación aparecen 24 personas, de las cuales, tres son mujeres cuyas edades respectivas son, 32, 37 y 39 años. Las de los hombres oscilan entre los 14 y 52 años. De 14 a 19 aparecen seis jóvenes, entre los 24 y 26 años, nos encontramos con cuatro personas; de 31 a 39, vemos nueve hombres; entre los 40 y 50, no hay ninguno, y finalmente, dos personas con 51 y 52 años. Conclusión que obtenemos de ello, como ocurre siempre en este proceso demográfico, es que la mayoría de los emigrantes lo hacen en edad temprana, raras veces se hallan personas próximas a lo que hoy consideramos jubilación pues entonces no existía, mientras que las mujeres suelen quedarse en sus lugares de origen en espera del regreso de sus esposos u otros familiares, o bien a que las llamen para ir a los lugares de emigración elegidos. En este aspecto, como vemos, la provincia de Zamora no constituye una excepción.

Socialmente y según el informe emitido, todos están considerados "buenos" por su conducta moral y vecinal. Solo hay dos solteros y un clérigo. La procedencia de los emigrantes es: una persona de Calzadilla de Tera, una de Andavías, dos de Almeida, una de Villavendimio, cuatro de Moveros, cuatro de Vivinera y once de Videmala, siendo las tres mujeres citadas oriundas de este último lugar. Del total, veintiuno dicen que parten al extranjero para trabajar, lo cual nos muestra el elevado índice de paro en la provincia, dos no especifican el motivo para abandonar Zamora, pero, presumiblemente, hay que pensar sea el mismo que en el caso anterior. Solamente hay un aprendiz con 14 años que trabaja en un comercio y que desea ir a Buenos Aires "para estar junto a su hermano Francisco". Todos emigran por su propia voluntad sin que sean coaccionados para ello. Hay en la relación seis personas, entre ellas dos mujeres, que por llevar el mismo apellido, debieron ser de la misma familia. Se distinguen también tres jóvenes hermanos, y otros dos que, posiblemente, también lo eran, aunque en este caso solo figura el primer apellido, Santiago. Todos tienen, económicamente, un origen muy modesto.

La petición que hace el Ministro al Gobernador, es que le indique el número de vecinos que parten a Ultramar, y no a otra localidad del interior de la península, sin embargo, señala a la vez, que hay ocho personas que marchan a trabajar a las Minas de Río Tinto (Huelva). El resto de los zamoranos dirigen sus pasos, doce a Portugal, tres a Buenos Aires y uno a México.

Muy importante sería seguir profundizando en temas demográficos, pues las historias generales de la provincia, apenas hacen referencia a ellos.