Recientemente se han cumplido seis décadas desde que Rosa Parks, en el estado de Alabama (EE UU), se convirtiera en un símbolo de la lucha por los derechos civiles. En sí mismo esto no es más que un dato histórico más, memorable como tantos otros, la cuestión es cómo vino a mi mente en esta ocasión y con lo que lo relacioné.

Un día como otro cualquiera estaba yo sentado en el autobús urbano con mi hija al lado y, como es habitual, iba abstraído observando el entorno que me rodea. Eso me pasa sobre todo cuando voy en el autobús, ya que no soy mucho de ponerme cascos y oír música desde que voy con mi hija. El devenir de la vida en la ciudad, la actitud y las acciones de las personas que van de un lado para el otro y otros elementos crean un entorno rico de observación, ya sea por deformación profesional o simple curiosidad.

Ese día estaba yo sentado al lado de la puerta de salida de viajeros y en una parada una señora de avanzada edad, tirando de un carro de la compra, una vez abierta la puerta pedía al conductor que bajase el autobús para que ella pudiera salir más cómodamente. Hay que puntualizar que los autobuses en Salamanca (Salamanca y Zamora tiene similar grado de desarrollo) van dotados de una suspensión lateral que les permite acercarse más al suelo cuando paran para que los viajeros puedan bajar con más facilidad, no para las sillas de ruedas, pues para estas cuentan con una rampa que sale cuando deben bajar. La cuestión es que el autobús bajó y la señora pudo salir.

Al ver esto, y como decía al principio, fue cuando me acordé del acto de otra mujer en un lugar cualquiera al otro lado del mundo, en Estados Unidos. Esa mujer en aquella ocasión se negaba a levantarse del asiento, en el que iba sentada debido al cansancio, para dejárselo a otra persona por el simple hecho del distinto color de su piel. En aquella ocasión a la mujer "se le exigía", esta vez, en Salamanca, la mujer "exigía". ¿Qué es lo que ha cambiado entre las dos mujeres y sus dos épocas? La conquista de derechos, el vivir en estados sociales y de bienestar, de derecho. No solo hemos conseguido que la tecnología se ponga al servicio del ser humano, sino también que todos y todas podamos vivir con un mínimo de bienestar necesario y exigible, protegido en las leyes.

El gobierno que salga debe seguir asegurando que todos: niños, ancianos, discapacitados y el resto de la población, tengamos a nuestro alcance lo necesario para una vida digna. No se pueden permitir recortes en temas esenciales como la educación, sanidad, asistencia a personas necesitadas y sin recursos, etc. Porque vivimos en una sociedad, la castellanoleonesa, la española, la europea, que debe ir a más y no a menos. Porque eso es lo que nos hace sentirnos orgullosos de nuestras sociedades y sus instituciones. Los últimos cuatro años han sido de recortes en todo lo esencial. Debemos trabajar para volver a poner los esfuerzos en la dirección correcta y no tapar los problemas ocultándonos tras otros temas como Francia, el terrorismo (el cual por supuesto necesita de respuestas proporcionales) o los patriotismos de bandera que tanto gustan a algunos. Porque el verdadero patriotismo está en las escuelas y en los hospitales. El sentido de todo es que aquella mujer en Estados Unidos o esta en Castilla y León, puedan llegar cómodamente a su destino después, no solo de un largo día de trabajo, sino de una larga vida de sacrificios. Se lo merecen y debemos asegurárselo.

Raúl Reloba Ferrero

(Estudiante zamorano en Salamanca)