Después de esta aglomeración festiva, cargada de un profundo significado espiritual y afectivo que es la Navidad, llegó el día de los Reyes Magos, repleto de significaciones, de esperanza. Esta jornada con todo lo que conlleva está marcada de simbolismo en el mundo cristiano. Estas solemnísimas fechas constituyen una referencia del más profundo significado personal y colectivo.

La Cabalgata de los Reyes Magos supone una referencia temporal que nos transporta a otra época, también a otra dimensión sentimental. Es momento de pedir, pero también de descubrir que no todo lo que se pide se consigue. De hecho, es tiempo de descubrir las desigualdades que existen en este mundo que nos ha tocado vivir, lleno de incongruencias.

Hemos descubierto también que con las cabalgatas se puede hacer política y ya hay quien en vez de magos habla de magas y en algunos municipios se han apuntado al cambio. En todo caso esperamos que los Magos de Oriente nos aclaren las muchas dudas que tenemos e iluminen las sombras que nos trae el día a día del vivir cotidiano.

Hay que resaltar que los Reyes Magos se mantienen como símbolo de esperanza y de ilusión. Por favor que nadie cambie lo que significan. Tanto los pequeños como los mayores necesitamos esa pizca de ilusión.