De qué han servido todos los cálculos, raciocinios y otras comeduras de coco que te llevaron a dejar de votar lo que cabeza y corazón sencillamente te pedían, porque eres y seguirás siendo de izquierdas?

Pues en Zamora de nada, a efectos prácticos quiero decir, que a la larga no se pierde ningún voto. El reparto provincial de escaños en el Congreso y en el Senado ha permanecido como estaba, en manos del bipartidismo: dos o tres PP, uno PSOE. Como siempre. Las cosas están más atadas y bien atadas de lo que pensamos.

Una reflexión, por cierto, sobre el bipartidismo que ha canalizado las iras de los hartos e indignados con causa y contra el que han arremetido los emergentes. El problema no es que haya dos partidos que se alternan en el poder tras unos años de gobierno, canalizando el voto de los descontentos. El problema está en que los dos son iguales, o muy parecidos, porque cuando asaltan los sillones se pliegan a otros poderes que mandan aquí, en Europa y en el mundo.

Así que, retomando la pregunta inicial, ¿de qué han servido los anhelos, desvelos y duermevelas para calcular quién tenía más posibilidades de asaltar los cielos, cuando eres y seguirás siendo de izquierdas?

Pues en España parece que tampoco ha servido de mucho, pese a la retórica del movimiento del tablero que ha pretendido transformar la democracia en un juego que llaman de tronos, pero que se parece más al de la oca -de oca a oca y tiro porque me toca, o de puente a puente y sigo porque me dejo llevar por la corriente-.

Porque lo cierto es que los españoles han votado "izquierdas", pero no está claro que se pueda cambiar el gobierno de las derechas.

Así qué, ¿de qué ha servido que abandonaras tu voto de izquierdas, porque eres y seguirás siendo de izquierdas, compañero, después de una sesuda reflexión que te llevó a apostar por el voto útil, a los que parecían más cerca de llegar al cielo porque estaban en las nubes, en lugar de pisando suelo firme, la tierra, las fábricas, la calle?

Deberías haber recordado, porque eres de izquierdas y seguirás siéndolo, que no es la primera vez que te han engañado con la llamada al voto útil. Que siempre fue el arma de los mayoritarios para despojarte de tu decisión, de tu ideología, de tu pensamiento, de tu esperanza, de tu corazón. Y luego, cuando has votado "útil": de tu cartera, de tu trabajo, de tu vivienda? nunca, espero, de tu dignidad.

La memoria de la izquierda, a ti que eres de izquierdas, trabajador, estudiante, parado, pequeño empresario, mujer, inmigrante? nos dice que cuando crecemos un poco, enseguida aparece en el horizonte el voto útil, que nunca somos nosotros.

¿De qué sirve votar con todas las ganas, de todo corazón, con todo el alma, con las ideas de los que han luchado día a día a tu lado, aunque no seamos perfectos, nos equivoquemos, a veces cansados, tristes pocas veces y poco tiempo, porque siempre hay alguien con ánimo para recoger una bandera roja, mochila y adelante?

Pues sirve a veces para tener un alcalde de izquierdas en Zamora, que no oculta sus ideas, y que da la cara ante los vecinos para decirles que las cosas no van tan bien como nos gustaría, pero que ellos van a saber lo que se hace en su ayuntamiento y les vamos a escuchar. Siempre.

Como dijo Julio Anguita sobre las guerras en un momento duro, yo digo en un momento de esperanza porque el pueblo ha votado izquierda, que maldito sea el voto útil y los que lo utilizan contra el pueblo. Así que no tardarán en alzarse voces que acusen si no se impide un gobierno de derechas o si no se hacen políticas de izquierdas, a favor de los trabajadores.

Nosotros, con menos votos pero con las mismas ganas, seguiremos con nuestro programa, programa, programa. Con nuestro trabajo, trabajo, trabajo. Por aquí, por la tierra, mirando al cielo porque tiene que llover a cántaros.