Al son de los tambores de las dudas razonables, Zamora reza en silencio y calla mientras analiza los resultados de sus votos del pasado domingo. Y no llega a ninguna conclusión seria. Los progres sonríen melifluamente porque notan el nerviosismo del político que ve temblar sus soñadas posibilidades y sus planes de sobrevivir y medrar en nuestro futuro lleno de nubarrones semioscuros. La llamada oposición ha dejado de ser posición y parece embarcada en la chalupa o en la chapuza del insulto fácil sin remo alguno y sin sentido pleno en este tempestuoso mar que nos rodea. Digamos que se han ido todos de parranda electoral por unas horas y después pasa lo que pasa y el ¡Ay que no quise! Y así es como, por ejemplo, los horarios del nuevo Ave o Alvia no convencen del todo, aunque ¡qué más da! Llegar a Madrid a media mañana y tener que salir a media tarde ¿de qué va servir?¿ Para eso tenemos este tipo de tren? Pero ¡en fin!...

Como en la Iglesia es el año de la Misericordia, nadie parece dar pie con bola con esto de que la gente dice que todo debe ser perdonado (no dicen nada del olvido), roban unos, arrean otros, se soliviantan los de más allá y así esto no hay quien lo entienda ni lo domine adecuadamente. Lo de las elecciones pasadas puede ser una espada sobre nuestras cabezas desasosegadas y pensantes. ¡Menos mal que los caminos del Señor son inescrutables y enigmáticos! Y que no llueve, aunque estas nieblas empiezan a cansar al personal.

Solo la bien probada sensibilidad de los políticos zamoranos de cualquier signo podrá conseguir que se vayan renovando estructuras no solo provinciales sino también nacionales e internacionales. Por ejemplo, habrá caramelos en la cabalgata de reyes pero no por el aire, de cualquier manera, seguirá habiendo citas mañaneras y seguirá nuestra alcalde Guarido diciendo sus cosas sobre el Alto de los Curas y sobre Carrascal que le han dicho que eso viste mucho. Algunos de nosotros seguiremos diciendo algunas tonterías sin importancia, como ciudadanos de base, y todos en general procuraremos celebrar la Navidad o la llegada del invierno como mejor podamos según nuestras posibilidades. Al no ser ni ejercer de políticos, no nos va a quedar otra posibilidad que disfrutar sencillamente de lo que Zamora ofrece en estas fechas inigualables. ¡Felices fiestas de la Navidad! Paz para todos? mi deseo. Y que nos haya tocado la lotería de Navidad?