Se acuerdan de aquella maravillosa y entrañable serie televisiva de dibujos animados llamada "Los Pequeñecos"? Famosa en los 80 y 90, uno de sus principales protagonistas era una ranita macho, seria y sensata, que atendía por Gustavo y de la que estaba platónicamente enamorada la cerdita Peggy. Gustavo ponía siempre el punto de cordura en aquel grupo de animalillos revoltosos cuyas aventuras, mezcladas en la pantalla con imágenes reales de actores, políticos, deportistas, películas, etc, hacían las delicias de la chiquillería. Una amiga nuestra confesaba sin cortarse que cuando su hijo no comía, le ponía un chute de Pequeñecos y adiós problemas. Conocí niños que se sabían de memoria muchos de aquellos diálogos ingeniosos, chispeantes y alegres.

Desde esa época, vaya usted a saber por qué, asocio el nombre de Gustavo a una persona juiciosa, sesuda y prudente. Por eso me sorprendió agradablemente que el PP eligiera en el 2008 a don Gustavo de Arístegui, diplomático, escritor, ensayista, poseedor de un montón de distinciones nacionales e internacionales, como seguro diputado por Zamora. ¡Cuánto honor para esta pobre provincia! ¡Y cuántas posibilidades se le abren a mi tierra, porque un hombre con ese nombre, ese currículum, ese carrerón y esa cantidad de medallas y cruces nos va a abrir muchas puertas! Claro que venía de ser diputado por Guipúzcoa y luego por Ciudad Real y allí no se había notado mucho su actividad política, pero aquí iba a ser diferente. Pasaron los comicios, don Gustavo fue elegido y casi no le volvimos a ver el pelo. Bueno, sí, vino una vez a la romería de La Hiniesta. Dicen que tuvo que poner el GPS para encontrar Zamora. Si se te ocurría preguntarle a algún pepero de aquí por el señor de Arístegui, en público te contestaban eso de "se interesa mucho por las cosas de Zamora; estamos en contacto con él"; en privado, echaban chispas y te juraban que no volverían a consentir imposiciones así. En el 2011 vino Víctor Calvo-Sotelo; y tan felices.

¿Y qué hacía don Gustavo en Madrid mientras velaba tanto por las cosas de Zamora y aportaba toneladas de beneficio a nuestra prosperidad? Algo se va sabiendo estos días. Por ejemplo, en el año 2009, cuando se batía el cobre por los problemas zamoranos, asesoraba (o lo que fuera) a la empresa Elecnor para que lograra un contrato de canalización de aguas en Argelia valorado en 250 millones de euros. Según los datos que van a apareciendo en los medios de comunicación, cobraba un fijo mensual (se habla de 15.000 euros) más entre el 1% y el 5% del importe de cada contrato. Echen cuentas de a cuánto salían sus desvelos por Zamora, porque, claro, don Gustavo seguía siendo diputado por esta provincia. Lo compatibilizaba con la administración de una sociedad, llamada Karistia (la cosa se presta al chiste fácil) que se dedicaba a negocios como el citado o como otro, llevado a cabo en 2013, también con Elecnor y también en Argelia, que ascendió a 230 millones. Esta vez el asunto iba de instalación de tranvías. Los términos de las comisiones no varían. Lo que no consta en ninguna parte es el tiempo que don Gustavo dedicaba a sus querencias argelinas y el que destinaba a sus obligaciones parlamentarias con la provincia de la que era diputado en 2009, o sea, esta. No es difícil hacerse una idea aproximada.

De modo que, visto lo visto, se me ha ido diluyendo esa asociación del nombre Gustavo con la sensatez, la bonhomía y la cordura. Ahora veo cholletes por todas partes. Y más cuando se sabe que la empresa del señor de Arístegui publicó un informe sobre "India, país de oportunidades" ocho meses después de que don Gustavo fuese nombrado embajador del Reino de España en la India. Alega el exdiputado por Zamora que ya le había traspasado la sociedad a su hijo y que eran cosas del niño. Lo han vuelto a cazar. A día de hoy él continúa como administrador único de Karistia. Entre otras razones, debido a que no puede figurar el cambio de titularidad en el Registro Mercantil porque la empresa debe 163.996.62 euros por impagos a la Seguridad Social y pesa sobre ella el correspondiente embargo. Todo un detalle del señor embajador.

Parte de los negocios los ha hecho don Gustavo con don Pedro Gómez de la Serna, diputado cunero del PP por Segovia que aspira a la reelección. Preguntado por el caso, Rajoy dijo el jueves que todo le parecía legal, aunque "no estaba muy enterado". Se ve que se enteró pronto ya que, solo horas después, el PP abrió expediente disciplinario a don Gustavo y a don Pedro. Hacienda también investiga los negocios aristiguianos en India. Don Gustavo nos salió rana y don Pedro ve peligrar su candidatura en la tierra del cochinillo. Habrá que rodar en Castilla y León una serie titulada "El ocaso de los Pequeñecos cuneros". Y que, por lo menos, la exporten a la India y Argelia. Algo sacaremos.