El 6 de diciembre la Iglesia celebra la memoria de san Nicolás de Mira, natural del Asia Menor (en la actual Turquía) y que vivió allí en el siglo IV. En la ciudad de Mira fue ordenado sacerdote y más tarde llegó a obispo. Durante las persecuciones romanas fue encarcelado, y más tarde participó en el Concilio de Nicea (año 325). Famoso por su caridad, se cuenta que una vez ayudó a tres jóvenes pobres que no podían casarse por falta de dote. Él arrojó unos sacos de monedas por la chimenea de la casa. Estos regalos cayeron en las medias de las chicas, que se secaban junto al fuego. De aquí procede la creencia de que Santa Claus (derivación de su nombre) deja los regalos junto a la chimenea. En la Edad Media se popularizó en Holanda la costumbre de los regalos de "Sinter Klaas" a los niños, algo que llegó, por la emigración holandesa, a Nueva York.