Muy nerviosos tienen que estar los altos dirigentes del Partido Popular en esta provincia si su principal punto de mira se encuentra en Ciudadanos, un partido al que antes de las municipales no hubieran prestado demasiada atención, con su arrogancia habitual; y que ahora se ha convertido en centro de críticas falsas y mentiras. El señor Maíllo, por ejemplo, que de vez en cuando se da un paseo por el pueblo del que parece ser alcalde, y digo parece porque allí no se le ha visto en meses como se quejan muchos de sus vecinos, ha decidido ahora, casualmente, que su máxima preocupación son los pueblos de Zamora y que él es el adalid que los salvará de la despoblación, el paro y la emigración juvenil que con sus nefastas políticas desde la Diputación provincial se ha ocupado de propiciar durante años.

Para ello, no solo decide bajar a la arena, mancharse un poco el traje, olvidarse un rato de su coche oficial y su gran despacho en Madrid, sino además sembrar burdas mentiras sobre la política municipal que propone Ciudadanos. No importa, una vez más se lo explicamos, no tanto a él cuyo discurso es tan caduco como el que representa las políticas de su partido, sino a los ciudadanos, a los que nos debemos y a los que escuchamos a diario en nuestras calles.

Ciudadanos nunca ha propuesto la supresión de municipios de menos de 5.000 habitantes, nuestra propuesta consiste en centralizar la gestión de servicios públicos. Alrededor de los pueblos más pequeños hay una capital comarcal, más poblada, en la que se centralizaría la gestión de estos servicios municipales. Así que el objetivo es que los ciudadanos tengan servicios de primera, pero agrupándolos.

Y, por cierto, no debe ser una idea descabellada, en absoluto, cuando la propia Junta de Castilla y León, gobernada por el PP, anunciaba hace unas semanas un nuevo mapa territorial que organizará la provincia de Zamora en veinte unidades de servicios, su objetivo, tal y como se explicaba desde la Consejería de la Presidencia, era agrupar los municipios en función de su población y densidad demográfica para dar una mejor cobertura social a cada una de las localidades.

Así que o falta comunicación en el PP, o el señor Maíllo y el señor Barrios no se enteran o, la peor opción para los ciudadanos, faltan a la verdad descaradamente porque están acostumbrados a que en campaña todo vale. No para nosotros, señores.

Y aún podemos ser más claros, porque a lo que de verdad decimos "no" son a las diputaciones que se han convertido en instituciones ineficaces y en una auténtica red de colocación. Hay que terminar con las duplicidades y respetar, de una vez por todas, el dinero público.

Y, sobre todo, exigir mayor coherencia. Un claro ejemplo se encuentra en la Diputación de Zamora donde el PP votó no a una moción a favor de la transparencia institucional, mientras que sus correligionarios en el Ayuntamiento la apoyaron. Por lo que nos preguntamos ¿qué tienen que ocultar?? En fin, más de lo mismo.

Nosotros no venimos a prometer lo que no podamos cumplir. Llegamos con las manos limpias, sin atisbos de corrupción, con propuestas claras y coherentes y comprometiéndonos a acabar con la política del tijeretazo, de la que tanto sabe el PP y que tanto daño ha hecho a provincias como la nuestra.