Yo definiría así el cartel anunciador de nuestra Semana Santa, creado por el artista zamorano, Tomás Crespo Rivera, atendiendo al encargo de la Junta pro Semana Santa. Desde luego, nada tiene que ver con la impresionante colección de carteles que debe atesorar la Junta de Cofradías. En la propuesta del autor, titulada "Tres Cruces", en la que aparecen estos tres símbolos en distintos colores, yo veo a Tomás Crespo Rivera en estado puro. No lo entendería de otra forma. Su obra es él y él es su obra. En este caso una obra, efectivamente admirado Tomás, arriesgada. No sé si se va a entender. Espero y deseo de corazón que cuente con el aplauso unánime de todos, semanasanteros y no semanasanteros.

Entiendo que hay que innovar, que hay que hacer cosas distintas, que hay que traspasar la linde de lo clásico para adentrarse en lo nuevo, en lo realmente innovador. Nada más antiguo que la cruz y nada más moderno que el cartel anunciador de Crespo Rivera. Si los de la Junta pro Semana Santa nada han dicho, los demás nada tenemos que objetar al trabajo de un artista de siempre que va con el tiempo que le toca vivir. Hace mucho que admiro a Tomás Crespo.

En una cosa discrepo de Tomás Crespo, habla el conocido escultor de que este encargo le llega "a una edad avanzada". Ignoro la que figura en su DNI, porque Tomás Crespo es un artista sin edad cuya creación es igual de valiosa en los años aquellos de su juventud, que ahora, en plena madurez. Porque la obra de Crespo Rivera no es vieja, es madura, cosa bien distinta. Alabo su valentía a la hora de crear un cartel rompedor.

A ver si la Semana Santa de Zamora, me refiero a los que llevan las riendas, toma nota y se abren un poco más y en lugar de practicar la endogamia que luego tratan de justificar en cuanto se les tiende un micrófono, pluralizan sus reconocimientos. Lo he hablado en infinidad de ocasiones con Antonio Martín Alén. Él mismo me ha reconocido que no es fácil, que priman muchas cosas y que lo que a unos agrada a otros enfada. Así y todo hay que hacer las cosas bien, universalizarse, pluralizarse y empezar a demostrarse a sí mismos y a los demás que estamos en el siglo XXI. Lamentablemente algunos lo quieren llevar a la práctica hablando de hecho cultural, referido a la Semana de Pasión y pasando del hecho religioso que, en realidad, es lo que es y con eso ponen punto final a cualquier discusión posible. La apertura debe ir por otros derroteros.

Estoy convencida de que en la ejecución del cartel anunciador de la Semana Santa de Zamora, Tomás Crespo Rivera ha puesto la misma ilusión de los 18 años. Ojalá que sus cruces no se claven en el monte del olvido que todos llevamos en la memoria. Y que su sencillez trascienda y tenga un efecto llamada cara al exterior, no en vano se trata de una propuesta arriesgada y de un cartel rompedor.