En estos tiempos de crepúsculo, las diferentes ideologías, por su similitud siempre que no sean extremas, y porque la realidad y la práctica lo son todo para la mayoría de la gente, resulta que ya no son las que condicionan y mandan al electorado, y de ahí que el número de indecisos se mantenga siempre muy alto, pues ni se ven claras las opciones ofertadas ni, en muchos casos, se sepa bien lo que se quiere al no poder delimitar las preferencias personales, coincidentes a veces con varios programas de partidos contrapuestos. Cada vez se da menos el individuo unipersonal, de piñón fijo, pues lo normal es estar de acuerdo con algunas propuestas y rechazar otras, y de ahí, precisamente, la tendencia y el éxito del centrismo político, una postura recurrente y humana en la que converge buena parte de la población llamada a las urnas y a la que se apuntan la casi totalidad de los partidos, salvo los radicales, ya sean de derecha o izquierda, procurando ponerse siempre la careta centrista de quita y pon.

Para eliminar dudas, para ayudar y animar a los indecisos a votar, para que encuentren otra opción más acorde con su manera de ser y pensar que acabar quedándose en casa, un diario nacional en su edición digital ha puesto en marcha un curioso test que parece que está teniendo mucha aceptación entre los lectores. Se trata de una serie de formulaciones concretas, teniendo en cuenta además las peculiaridades de cada región y los grupos que en ellas concurren a las elecciones del 20D, extraídas de los programas que serán presentados y manejados en campaña, ante las cuales quien hace el test debe expresar su grado de conformidad o desacuerdo, para que el resultado final, una vez concluida la prueba, exprese a qué partido se acercan más las respuestas obtenidas.

Lo mejor es que, en la mayoría de los casos, el test acierta de pleno, quizá porque sea fácil dada su generalización y falta de matices, con lo cual los indecisos podrán saber cuál es su partido en base a la proximidad mantenida con las posturas de los programas electorales. No solo se puede conocer el partido que puede parecer más idóneo a la manera de pensar de cada uno, sino también su grado de acercamiento o alejamiento respecto a las demás opciones, algo en lo que incluso cabe la sorpresa. Las preguntas, que se refieren especialmente a temas económicos y sociales, como lo que se opina sobre los recortes, o sobre el salario mínimo, o sobre el aborto y la eutanasia, son proclives a facilitar respuestas precisas, lo que otorga consistencia al test, aunque tampoco descubra nada nuevo. Pero explica el confusionismo y las aguas revueltas existentes, por un lado, y reafirma, por otro, la idea de cambio instalada ya desde hace bastante en la sociedad. Sea como fuere, la campaña electoral se presenta más apasionante que nunca, marcando el inicio de una nueva era política en España y el fin de largas décadas de bipartidismo al que no se le pueden restar méritos y logros de todo tipo, pero cuya hora final parece haber llegado, al menos, eso seguro, detentando el poder absoluto como ha venido ocurriendo. Otros partidos van a entrar en liza.