Unirnos en las tradiciones y costumbres mejores. Hermanarnos al abrigo de lo nuestro. Hacernos sentir orgullo de pertenencia es algo que, en poco tiempo, ha logrado hacer realidad, de forma multitudinaria, el bueno de Ricardo Flecha Barrio, escultor, imaginero, artista por los cuatro costados, capaz de esculpir con la gubia de su entusiasmo la Asociación para la Promoción y Estudio de la Capa Alistana y convertir, paso a paso, sin desfallecer, desde la humildad y sinceridad que acreditan al buen Ricardo, la mejor honra que puede tributarse a san Martín de Tours y a una prenda tan nuestra.

El pasado domingo, la asociación que preside Ricardo celebraba en la siempre hermosa, a pesar de la niebla persistente, localidad de Bercianos de Aliste una jornada única que va tomando forma, que va haciéndose grande y multitudinaria conforme pasan los años. Una jornada marcada por los homenajes al santo patrono, por supuesto, pero también a Juan Gallego Baz, a Martín Marino Lorenzo y a un zamorano ilustre, amigo de todos y enemigo de nadie, que ejerce un zamoranismo ejemplar en Madrid, ciudad a la que lo llevó la rosa de los vientos profesionales: Román Rodríguez Casas, presidente del Consejo de Administración de la mutua MMT Seguros, con implantación también en Zamora.

Román Rodríguez fue "tocado" con la "Capa de Honor" en el transcurso de la III Jornada de Exaltación de esta humilde pero cálida prenda, una prenda que los pastores de antaño "compartían" como reconoció en la homilía el sacerdote Fernando Lorenzo, párroco de San Mamés. El momento más emotivo, más entrañable y más sentido lo protagonizó Román Rodríguez, al finalizar la celebración eucarística, una vez "investido", con palabras sinceras, agradecidas, elocuentes y de honda emoción. Sobre todo al recordar a tantos de los suyos que "desde el cielo, hoy, me miran orgullosos: mi hija Mari Carmen, mi padre Paco, mis suegros Daniel y Carmen y todos los que tanto me han querido y siempre me acompañan".

Román Rodríguez, sanabrés de Robleda que dejó su cuna a los 14 años para trasladarse a Madrid, es un zamorano en permanente ejercicio que como reconoció en sus palabras de gratitud: "Nunca me fui de Zamora. Soy un zamorano más viviendo en Madrid". Un zamorano que "zamorea" y lo hace a conciencia, haciendo del zamoranismo su seña de identidad. Y presume de ello, de palabra y de obra porque con sincera humildad reconoce que "Zamora, sus pueblos y sus gentes, me han dado mucho más a mí de lo que yo podré ofrecerles nunca". Y eso que Román no es de los que se echa atrás a la hora de arrimar el hombro y patrocinar, promocionar y difundir lo nuestro.

Lo nuestro son también las capas alistanas y una tradición que Ricardo Flecha ha recuperado, junto a tantos y tantos capistas que han dado a esta asociación solera, prestigio y razón de ser.