Especialistas económicos sin escrúpulos utilizan los datos macroeconómicos de manera torticera para llegar a las conclusiones que desean de antemano.

Conocer la balanza fiscal de un determinado país o de una comunidad autónoma es bastante difícil. Su complejidad hace que nadie se fíe de ellas sin antes conocer cómo se han confeccionado y qué datos se han manejado para obtener las cifras correspondientes. Sobre este tema ha escrito un libro muy interesante, que recomiendo a los lectores, el catedrático Josep Borrell, exministro del Gobierno español con el PSOE y expresidente del Parlamento Europeo, con el título de "Las cuentas y los cuentos de la independencia". Para este profesor, la balanza fiscal de un territorio mide los ingresos que dicho territorio aporta a la Administración central del Estado del que forma parte (impuestos y cotizaciones sociales) junto a los beneficios que recibe de ésta (transferencias, pensiones, inversiones o servicios públicos). El saldo que se obtenga nos dirá si ese territorio aporta más de lo que recibe a las distintas áreas nacionales.

Para los catalanes separatistas, sobre todo para Artur Mas y Oriol Junqueras, de acuerdo con la balanza fiscal catalana elaborada por ellos y sus equipos, España les roba 16.000 millones de euros anuales. De acuerdo con las declaraciones del señor Junqueras, más de la mitad de los impuestos que pagan los catalanes se va hacia el Estado español y no vuelven de ningún modo. O sea, le estamos robando todos los años 16.000 millones de euros. Todas estas afirmaciones erróneas se las rebate y desmonta en su libro el señor Borrell, demostrando todo lo contrario y poniendo en ridículo la forma de calcular el déficit fiscal de 16.000 millones que citan con tanta frecuencia en todos los medios de comunicación.

Para estos dirigentes del independentismo catalán, cada año desaparece de su comunidad el 8% de su Producto Interior Bruto y si esto no fuera así, Cataluña sería el país más próspero y rico del mundo. Por este motivo, con la independencia que solicitan se terminaría con estas transferencias excesivas al resto de España. Según estos personajes, Mas y Junqueras, el déficit fiscal de Cataluña no debía de pasar del 5% que el lo que aportan más o menos los territorios más desarrollados de Alemania.

Estos separatistas utilizan el supuesto límite del déficit fiscal de los "länder" alemanes como punto de referencia para justificar un "expolio fiscal". De aquí el dicho "España nos roba".

Dados estos argumentos, el catedrático y exministro señor Borrell intentó conocer de primera mano los estudios de las balanzas fiscales elaboradas por los "länder" alemanes. Para ello se puso en contacto con universidades, Gobiernos federales, Gobierno central, embajadas de Alemania, expertos, catedráticos de distintas universidades?Y se encontró con la sorpresa de que ningún organismo ni ningún experto en la materia tenía noticias de que se elaborasen y se publican dichas balanzas. Resulta que las famosas balanzas fiscales alemanas simplemente no han existido nunca, como nunca ha existido ningún límite, ni constitucional, ni ninguna otra norma, del déficit discal de los "länder". Lógicamente, estos territorios alemanes se reúnen todos los años y fijan las cuotas solidarias que tienen que aportar cada territorio o "länder".

Una vez más comprobamos que las mentiras de los catalanes separatistas no tienen límites y hasta sin capaces de manifestar, sin sonrojarse, que Cervantes y Cristóbal Colón eran catalanes. Se olvidan de incluir en su censo poblacional a Gonzalo Fernández de Córdoba, "El Gran Capitán", que según cuenta la Historia manejaba los datos económicos a las mil maravillas, mucho mejor que los asesores económicos de Artur Mas y Oriol Junqueras. Y parece tan catalán como ellos. Se dice que cuando rey Fernando el Católico le exigió las cuentas de sus gastos militares en Nápoles, el Gran Capitán le contestó dándole toda clase de explicaciones, empezando por la partida de cien millones en palas, picos y azadones y otros cien millones por su paciencia en escuchar que el rey al que le había regalado el reino de Nápoles le exigiera cuentas. Seguro que si el personaje fuera de este época lo habría fichado para su equipo el presidente Artur Mas para asesorarlo en las cuentas y minorar el déficit de la economía catalana.