Según cuenta la leyenda -y la tradición-, Martín Cid nació en la ciudad de Zamora en el siglo XI. Algunos dicen que era pariente del famoso Rodrigo Díaz de Vivar, el Cid Campeador, de una familia noble y acomodada.

Según el historiador Cesáreo Fernández Duro, Martín Cid tenía cinco hijos y después de enviudar y realizar los estudios de latinidad necesarios, fue ordenado sacerdote por el obispo Bernardo y se unió a una comunidad de ermitaños que existía en el bosque de Valparaíso, a unos veinte kilómetros de Zamora, cerca de Peleas de Arriba. Pasados algunos años de retiro en aquellos agrestes parajes, decidió cambiar de vida de ermitaño por la de comunidad y con la ayuda del obispo Bernardo, fundó un monasterio con alberguería que servía de refugio a los peregrinos y caminantes que iban por la Ruta de la Plata. Cien años después, en aquel albergue nacería el rey Fernando III el Santo. Aquel monasterio se llamó Santa María de Bellofonte, porque había en el lugar una hermosa fuente de agua a la que se atribuyeron propiedades curativas. Martín fue elegido abad y gobernó por espacio de quince años hasta su santa muerte.

El monasterio, que se llamó de Nuestra Señora de Valparaíso, fue ampliado en 1500 y en 1586. Su estilo era gótico florido, su biblioteca era muy copiosa, su botica famosa y el cuidado de los huéspedes y peregrinos exquisito. Allí estuvo enterrado san Martín Cid. En 1835 con la desamortización se trasladan las reliquias de San Martín Cid a la Catedral de Zamora y se colocaron en la capilla de San Nicolás. Años más tarde se guardaron en el Claustro de la Catedral. En 1910 fueron puestas en una nueva caja de madera gótica, en la capilla del Cardenal, luego se trasladaron a otro altar situado enfrente del anterior. El último traslado y ubicación que se conoce de los restos del santo fue el 11 de mayo de 1980, que se entregaron a las benedictinas del monasterio de la Ascensión del Señor, que los colocaron bajo el altar de la iglesia, pero, al ausentarse de Zamora las monjas hace diez años, quedando el edificio abandonado, las reliquias de san Martín Cid parece que han sido devueltas a la Catedral.