Mientras Rajoy se reúne con los líderes de los demás partidos en busca de una unidad política que le otorgue confianza suficiente en sus decisiones y se atreva a lo que muchos españoles están demandando pero ya: la suspensión de la autonomía de Cataluña, cortando de una vez el origen del separatismo, algo que tenía que haber hecho hace tres años, las encuestas sobre intención de voto para el 20D no han faltado a su cita en este largo fin de semana de macropuente.

Tres sondeos han sido dados a conocer y aunque entre ellos alguna diferencia notable se aprecia a 50 días de la celebración de las elecciones generales que pueden dar la vuelta al mapa político de España, las coincidencias son más numerosas y sirven para ratificar una vez más las tendencias puesto que las encuestas publicadas dan ganador al PP. Pero, en todos los casos, por diferencias tan escasas que dotarían al partido en el Gobierno con un muy limitado número de escaños, bien lejos de los 150 que en el colmo del optimismo Rajoy ha prometido a los suyos. En realidad, la horquilla de posibilidades partiría, según tales consultas, de 103 representantes en el Congreso hasta 130 como máximo. Y ninguna de las encuestas apuesta porque obtenga más de un 27 por ciento de los votos emitidos.

Pero en dos de ellas la novedad no inesperada es que se mantiene la escalada de Ciudadanos que se ha situado ya en segundo lugar, a un solo punto de distancia del PP, que como en las carreras puede verse rebasado en la recta final. En realidad, la encuesta más creíble y más seguida insiste en el empate técnico entre los partidos, con el PSOE en tercer puesto y Podemos alejado pero en recuperación. O sea, que Rivera sigue subiendo enteros, Rajoy se estanca y Sánchez baja. De hecho, un acuerdo poselectoral entre PP y Ciudadanos es lo que más desean y en lo que más creen el 53 por ciento de los consultados. Pero? con el líder de Ciudadanos, Albert Rivera, el político más valorado, al que ya se ve como un nuevo Suárez, como presidente del Gobierno. A Rajoy no le quieren ni el 57 por ciento de sus votantes.

Para ello habría de ser el partido más votado. El problema es que nadie acaba de comprender y definir a Ciudadanos y su postura, y lo que pueda hacer por tanto una vez conocidos los resultados del 20D es toda una incógnita. Su posición actual, sirviendo de soporte a unos y otros en las municipales y autonómicas, le sitúa en el equidistante centro que predica, aunque pudiera matizarse que con propensión a la derecha. Tanto es así que se le sigue viendo en amplios sectores como la nueva derecha liberal española que aspira a relevar a un PP ya amortizado y sin futuro. Pero que puede también pactar con el PSOE para una experiencia de centroizquierda que sería muy bien recibida.

Otra de las encuestas que coloca a Ciudadanos como la segunda fuerza política lo sitúa no a un punto sino a cinco puntos del PP y despegándose del PSOE. Algo que igualmente podría hacer de Rivera el nuevo inquilino de La Moncloa apoyado por Sánchez. En cuanto a Podemos sigue casi descartado para los pactos poselectorales que puedan producirse. Pero nada está decidido y todo es posible aún.