El 5 de noviembre la Iglesia celebra la memoria de santa Ángela de la Cruz. Ángela nació en Sevilla en 1846, en una familia pobre. Poco pudo ir a la escuela y enseguida tuvo que trabajar en un taller de calzado. Siendo adolescente ya destacaba por su vida de oración y por sus visitas a los enfermos pobres. Intentó hacerse carmelita e Hija de la Caridad, pero su débil salud se lo impidió. Como "monja sin convento", decidió fundar un instituto religioso "haciéndose pobre con los pobres": la Compañía de Hermanas de la Cruz, entregadas a los más necesitados, en 1875. Murió anciana en 1932, y en un contexto difícil el Ayuntamiento republicano de Sevilla le rindió honores y le dedicó una calle. Fue beatificada por Juan Pablo II en su ciudad en 1982, el mismo pontífice la canonizó en Madrid en 2003.