El complejo económico cultural Valbusenda cierra hoy la III Exposición de pintura dedicada a la barrica, cuyas características y bases forman parte de esa interesante iniciativa que duerme desde hace décadas en el fondo cultural de esta provincia y esta tierra adormiladas, pero siempre hay quien se sacude la modorra y salta a la calle dispuesto al desafío y al futuro.

Más de un centenar de solicitudes ha recibido la muestra, de los cuales solo 18 han conseguido saltar a la sala. Hoy conoceremos los premiados y se entregarán los galardones y los diplomas de asistencia. Iniciativas como esta nos recuerda aquella etapa a caballo entre los finales de la década de los sesenta y el inicio de los setenta, cuando regía los destinos del Ayuntamiento de Zamora Miguel Gamazo Pelaz, con aquellas bienales de pintura en las que participaban cientos de artistas, aquel ciclo de Viejas Músicas que acogieron iglesias como Santa María la Nueva, la Magdalena y San Cipriano. Todas ellas escenarios vivos de aquella generosa hornada de tales músicas. Hasta la Sefardí y la Banda de Merliton llegaron aquí, llegando hasta Benavente en una de sus visitas.

Todo se ha olvidado. El alcalde Andrés Luis Calvo celebró la última gran Bienal de escultura en el 92, mientras la de pintura acabó por desaparecer a finales de esa misma década. Solo nos queda de aquella época la Feria del Barro. Por eso, este renacer de la pintura en estas tierras en las que el arte tiene y ha tenido singularidades muy destacadas cobra mayor sentido. Es necesario que este tipo de iniciativas se consoliden y se promuevan por las instituciones, porque son la base del ambiente que mueve el futuro.