Parece que va en serio lo de la Comisión de Investigación en las Cortes de Castilla y León sobre la supuesta trama eólica. Y parece que van a tener que comparecer ante ella dos ilustrísimos de la política nacional: don Federico Trillo, míster "Manda huevos", y don Vicente Martínez Pujalte, "el Legal eterno". Ahí es "ná". Desde la Jura de Santa Gadea no se había visto otra cosa por estos lares. Imaginen algunos titulares: "El expresidente del Congreso, investigado en el corazón de España"; "El ex ministro de Defensa y fervoroso semanasantero, atacado allá donde más y mejores procesiones hay"; "El héroe de Perejil, acorralado por una coalición antipatriótica de sociatas, podemitas y ciudadanitas"; "El hombre que no sabía nada del Yak-42 sí sabía cómo hacer dinero con los aerogeneradores". El asunto puede dar mucho juego informativo y del otro.

Esta Comisión de Investigación, primera que se forma en el Parlamento regional tras los resultados del 24M, surge tras la publicación en un diario nacional, allá por abril, de un informe de la Agencia Tributaria (o sea, Ministerio de Hacienda) sobre pago de comisiones millonarias a ex altos cargos de la Consejería de Hacienda por la instalación de molinos de viento para obtener energía eléctrica. El documento, de 94 folios de extensión, está fechado el 30 de diciembre y se halla en poder de la Fiscalía Anticorrupción. Algunos de los señalados como receptores de los "aguinaldos" no eran unos cualquiera, no. Uno es Rafael Delgado, ex viceconsejero de Economía y mano derecha de Tomás Villanueva en casi todos los departamentos que este ha dirigido en sus 20 años de consejero. Don Rafael era quien firmaba las autorizaciones para instalar aerogeneradores. Hoy está desaparecido en combate y lo único que se le ha oído decir sobre el lío es que todo se hizo conforme a la legalidad y que el proceso en Castilla y León fue "altamente eficaz" como lo demuestra el hecho de que apenas hay recursos en los tribunales.

Otro es un personaje más oscuro, pero igualmente "sobrecogedor". Se trata de Alberto Esgueva, que fue hasta 2006 consejero-delegado de Excal, empresa pública de la Junta dedicada a fomentar las exportaciones. Parece que don Alberto sí fomentó exportaciones? pero de dinero hacia su bolsillo porque la Agencia Tributaria habla de unos 110 millones de euros en comisiones, que es una cantidad saludable? aunque haya que repartirla entre unos cuantos. El señor Esgueva se retiró del negocio y ahora anda por Polonia, donde se ha convertido en constructor y promotor ejemplar.

El informe que obra en poder de la Fiscalía Anticorrupción descubre también el sistema de funcionamiento de la presunta trama. Muy sencillo él: quien quería instalar molinos eólicos en Castilla y León formaba (voluntariamente, claro) sociedades mixtas con algunos de estos altos cargos o con empresarios locales "relacionados con el poder autonómico". Veamos un caso: Alberto Esgueva puso 24.000 euros para montar una de esas empresa y, cuando Iberdrola entró en el accionariado de la firma, le vendió su parte por 47,1 millones de euros, o sea con un beneficio de chichinabo. Pero, claro, la empresa ya tenía luz verde para instalar aerogeneradores. La había firmado, quién si no, Rafael Delgado.

¿Y qué pintan en este embrollo Federico Trillo y Vicente Martínez Pujalte? En teoría, nada. Pero la Comisión de Investigación de las Cortes quiere saber por qué Collosa, empresa que trabaja mucho y muy seguido con la Junta y que también está citada en lo de la energía eólica, les pagaba una buena pasta: 9.000 euros mensuales a Trillo y 5.000 a Pujalte hasta totalizar 354.000 para el primero y 75.000 para el segundo. No consta informe escrito alguno de ninguno de ellos. Según el consejero-delegado de Collosa les pagaban "por tomar dos cafés al mes" y chalar sobre la situación "dada la visión privilegiada que tienen sobre la economía". ¿Solo por eso? Hombre, siempre existe la posibilidad de llamar a un amigo o a un correligionario para interesarse por los negocios de tal o cual empresa o conocer qué se puede hacer y, ya que estamos, cuánto costaría. Y también se puede llamar a un familiar. Por ejemplo: en junio de 2007, cuando se producen algunas movidas sospechosas, un hermano de don Federico, Pablo Trillo, era secretario de la Consejería de Economía. Pura casualidad.

En fin, que ardo en deseos de ver a Trillo y a Pujalte desfilar por las Cortes de Castilla y León, que no tienen tanto glamur como el Congreso o la Embajada de Londres, pero que para pueblo valen. Y ardo en deseos también de ver qué preguntas les hacen los dos miembros del PP en la citada comisión: el vallisoletano Raúl de la Hoz, criado a los pechos de Tomás Villanueva, y el segoviano Juan José Sanz Vitorio, quien, pese a sus muchos años haciendo méritos, no ha pasado de portavoz adjunto. El espectáculo promete.