Menudas semanitas nos esperan. El camino hacia el invierno es la vía hacia un largo proceso electoral en nuestro país, en consecuencia el inicio de una precampaña que se antoja tensa. En medio de esta situación real, el pastor de la diócesis de Zamora entregó ayer la "missio canónica" a los educadores cristianos, profesores de religión y catequistas. Don Gregorio no se ha cansado de repetir a todos los agentes de pastoral que no tengan miedo. Y no hay duda que el obispo tiene razón y argumentos para motivar a este numeroso grupo de hombres y mujeres que afrontan cada día la tarea de educar a las nuevas generaciones.

Cierto que el Evangelio ilumina esta misión de extender el mensaje de esperanza cristiano. Jamás aparece el miedo como signo distintivo de los seguidores de Jesús. Ni su vida, ni su final, ni su legado encontró en el miedo un aliado, pero tampoco un obstáculo. Lo radicalmente innovador del mensaje y la obra de Jesucristo es que ha desterrado el miedo del corazón.

Sin embargo, todos sabemos que no suele ser así en el siglo XXI. El miedo es el veneno paralizador de todo intento de innovar. Y lo más curioso es que suele ser miedo a perder nuestras seguridades y nuestros privilegios adquiridos.

Y para muestra los mensajes iniciales de esta larga precampaña electoral. Pronto azuzó el PSOE a sus seguidores con un borrador de programa electoral en el que, curiosamente, la enseñanza de la religión se va a convertir en tema de campaña electoral. Dudo que sea la principal preocupación de los españoles, pero es cierto que estas cosas en la izquierda española sirven para ir calentando motores. No se alejan mucho de la misma imbecilidad los argumentos esgrimidos por la parte contraria, que ya ha iniciado su particular campaña del miedo en las redes sociales, como si el demonio vistiese ahora con traje de rosa. Quizá debamos recordar en este punto que la Lomce ninguneó las propuestas del episcopado español y acabó reduciendo el papel de la religión en la educación, lo cual indica que a la hora de la verdad, en unos y en otros la religión es solo una disculpa.

Seamos serios. La novedad del mensaje cristiano no puede aliarse con lenguajes que pregonan el miedo y el terror para permanecer impasibles ante los signos de los tiempos. La valentía, la fe y la esperanza si son los auténticos signos del cristiano en la vida diaria y nunca ceder al chantaje del miedo para únicamente conservar posiciones de poder.